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BaloncestoPrimera victoria del Caja Laboral Baskonia tras el cambio de entrenador

El equipo al fin da señales de vida

Los baskonistas arrancaron bien, con Heurtel, Oleson y Lampe de ejecutores. Luego tocó sufrir, pero el acierto propició un final plácido.

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CAJA LABORAL BASKONIA 90

UNICAJA 79

 

Arnaitz GORRITI

«El equipo ha hablado sobre la pista y ha demostrado que tiene carácter», declararía Zan Tabak al término del partido. En efecto, la primera victoria de este nuevo Caja Laboral Baskonia, después del bochorno del pasado viernes, fue una demostración de que, a pesar de los pesares, el conjunto gasteiztarra sigue vivo. O al menos emite señales de vida.

Su víctima fue un Unicaja que ofreció un nivel por debajo de lo esperado, principalmente en defensa y en el primer cuarto, aunque también es cierto que se reenganchó al duelo a partir del segundo período y se mantuvo en la brecha hasta los últimos compases del duelo. En ese sentido, que la escuadra baskonista se mantuviera siempre en cabeza -la última ventaja visitante fue en el 5-6- resultó de vital importancia para no afectar la frágil confianza de los discípulos de Zan Tabak.

Fue un partido de borrón y cuenta nueva respecto al desastre del Zalgirio Arena. Para empezar, la grada se olvidó de sus recientes desencuentros y se dedicó en cuerpo y alma a animar a los suyos. Fue por ello que hubo una muy buena entrada, que apenas hubo silbidos y que, por primera vez en mucho tiempo, se animó al equipo sin ninguna fisura -aunque no por ello Indar Baskonia dejó de dedicar una pancarta en agradecimiento a Dusko Ivanovic- y otra en la que se rezaba el título de «diez años inolvidables».

Un borrón y cuenta nueva que empezó con un 26-14 favorable en el primer cuarto. Heurtel, Oleson y Lampe ejercían de punta de lanza anotadora, y la defensa gasteiztarra paraba en seco la producción malagueña. Los locales no solo lanzaban con tino, sino que además buscaban las faltas de su rival, que entró demasiado frío al partido.

Aprendiendo a sufrir

Pero como suele sucederle a este Baskonia, en el segundo cuarto sufrió un bajón defensivo. «Para llegar a cumplir las nuevas reglas que quiero poner, seguimos a años luz», aclararía al respecto Zan Tabak.

La intensidad gasteiztarra se diluía de a poco, mientras que entre Marcus Williams y Krunoslav Simon, los de Jasmin Repesa volvían a meterse en el partido gracias a un parcial de 4-12, pasando del 26-14 a 30-26. Cabezas, que «desterró» a Rochestie en el papel de segundo base, no daba con la tecla a la hora de llevar al equipo, aparte de que Unicaja apretó bastante su defensa.

Un tiempo muerto de Tabak hizo que la ventaja local se estirase hasta el 38-30, pero siete puntos seguidos de Williams arrimaban a los malagueños 38-37. Había zozobra tanto en el plantel baskonista como en el Buesa Arena, pero una canasta de Heurtel en transición sirvió para que los locales se fueran al vestuario 40-37 y pudieran tomarse un respiro que al final resultaría clave.

El entusiasmo vale para ganar

El duelo fue realmente entretenido a partir del descanso. El Baskonia, con unos porcentajes excelentes -30 de 58 en tiros de campo, con 10 de 20 en triples, y 20 de 21 en tiros libres- llevaba la iniciativa, pero Unicaja no dejaba que su rival se fuese por más de nueve puntos. Las defensas perdían fuelle ante unos ataques bastante fluidos. El tercer parcial acabaría con un 26-25 y 66-62 en el marcador.

Al final, el duelo caería por el lado local. San Emeterio clavó un par de triples y Cabezas, que jugó el último cuarto enterito, esta vez sí dirigió bien. Además, Pleiss y Lampe esta vez cerraron bien el rebote, con la ayuda de Nocioni, y tanto el poste polaco como Oleson también añadirían canastas importantes ante un Unicaja que solo ofreció resistencia a través de Gist.

En suma, una victoria de náufrago, de un Baskonia que parece emitir señales de vida. El jueves se verá si de veras vive.

 

 

Tabak: «El equipo debe recuperar el «estilo Baskonia»»

Relajado y en mangas de camisa, parecía que Zan Tabak se hubiera quitado un buen peso de encima en su victorioso estreno como entrenador local en Zurbano.

El técnico de Split subrayó el «carácter» que mostraron los suyos, por encima de «problemas de mentalidad y físicos» que, recordó, «son los mismos de hace tres días». Asimismo, tuvo un sincero agradecimiento al público por los ánimos, mientras que resumió que su objetivo final es que «ante todo, el equipo debe volver a jugar al «estilo Baskonia»».

«Podríamos hablar de aspectos técnicos o tácticos, pero en realidad la clave del partido estuvo en el carácter de los jugadores. Después de una derrota como ante Zalgiris, en menos de 48 horas, la respuesta ha sido buena, porque los jugadores han enseñado que tienen carácter. El primer día pedí una «respuesta anímica» del equipo, y los jugadores la han dado. En segundo lugar, muchas gracias a la afición por apoyarnos. El equipo estaba en un momento malo, y aún está en un momento delicado, pero sin su apoyo en nuestra cancha no lo vamos a poder sacar adelante. Por favor, les pido, que sigan apoyando como hoy, desde el primer momento», confesaba Tabak.

«El equipo sigue teniendo los problemas físicos y mentales que hace tres días. El baloncesto que yo quiero se ha visto en el primer cuarto, mientras que en el resto del partido se ha jugado a un ritmo más bajo. Pero ahora toca compaginar dos cosas: llevar al equipo a la intensidad que yo quiero y, por otro lado, intentar cumplir nuestras obligaciones de ganar partidos. Pero más que nada, lo que de veras importa es que este equipo vuelva a recuperar el «estilo Baskonia»», remachó.

El preparador croata sorprendió al recalcar el «mal momento físico» del equipo. «Si de cabeza estás bien, puedes engañar al físico, pero hay un problema físico presente. No es que los jugadores estén lesionados, salvo Nemanja -Bjelica-, sino que los jugadores no están entrenados, tanto por las lesiones como por falta de ritmo de entrenamiento».

Por su parte, Maciej Lampe reconocía que «los jugadores queríamos jugar con una actitud diferente, porque en Kaunas nos mataron. Hemos dado el primer paso en el camino que queremos seguir»

El polaco destacó la «energía» del equipo. «Jugar en casa nos ayudó, y espero que nos ayude para el partido ante Armani Milano».

A. G.

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