Después de 77 años, los restos de los jóvenes vecinos de Kaseda Segundo Dolorea, Gregorio Oroz, José Oneca y Blas Dolorea, que tras ser detenidos fueron fusilados por los sublevados franquistas, fueron entregados a sus familiares en un emotivo acto de homenaje celebrado ayer en Kaseda.

El acto principal de homenaje se realizó en la Plaza, junto a los calabozos del antiguo ayuntamiento, donde fueron encarcelados y objeto de malos tratos. Participaron la coral de Oibar, el cantautor Fermin Valencia, y familiares y amigos recitaron diferentes poesías.

Tras una lectura del acuerdo municipal del Ayuntamiento de Kaseda condenando dichas muertes y reivindicando la memoria de estas personas, los restos fueron trasladados al cementerio de la localidad, donde recibieron sepultura en el panteón que se inauguró en el año 1979 y en el cual faltaban los cuerpos de estos cuatro jóvenes.

En aquellos años los familiares buscaron una y otra vez los huesos en el lugar denominado Fuente del Garrero, en el término municipal de Oibar, pero al no poder encontrarlos recogieron tierra en una botella donde escribieron sus nombres.

Esa botella ha sido entregada a la Sociedad de Ciencias Aranzadi por su labor en el descubrimiento de los restos de los fusilados con la colaboración activa del Ayuntamiento de Oibar. En el acto participaron cerca de 500 personas.

El alcalde de Oibar, Pedro Lanas, hizo entrega a los familiares de los fusilados de los restos de sus allegados, que los recibieron en un ambiente de intensa emoción.