ELECCIONES EN CATALUNYA
Un Parlament polarizado que no debe parar el proceso soberanista
Beñat ZALDUA Periodista
Los próximos días darán lugar a análisis más reposados, pero de entrada, los resultados dejan tres elementos sobre los cuales habrá que reflexionar. En primer lugar, el proceso soberanista puesto en marcha en Catalunya. Es cierto que el liderazgo, todavía indiscutible, de Mas ha quedado seriamente tocado después de perder 12 diputados y que la mayoría absoluta que pedía para «blindar» el proceso ha quedado a años luz. Sin embargo, la mayoría de partidos favorables a la convocatoria de una consulta de autodeterminación sigue siendo abrumadora, ya que la suma de CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP llega a 87 diputados, en un Parlament con 135 escaños. Uno más que en la anterior legislatura.
Esto muestra que la mayoría social a favor del derecho a decidir sigue siendo indiscutible, por lo que el fracaso de CiU no debería servir de excusa para pisar el freno y posponer la agenda soberanista.
Un segundo elemento a considerar es la activación del voto unionista. Los nefastos resultados del PSC son inapelables, pero los sondeos preveían una bajada todavía más grave, mientras que el PP ha conseguido sumar uno más del que tenían y Ciutadans se presentó como uno de los grandes triunfadores de la noche electoral, triplicando los resultados de 2010. No hay más que sacar la calculadora. El PSC ha perdido seis diputados, pero entre PP y Ciutadans suman los mismos escaños.
Por último, cabe imaginarse la complicada tarea de Mas, al que precisamente ha sido su gestión de la crisis la que mayor factura le ha pasado -junto a la campaña de `El Mundo'-. CiU ha gobernado estos dos últimos años realizando equilibrios imposibles entre los acuerdos económicos con el PP y los nacionales con ERC. Esta geometría variable le será todavía más difícil de aplicar con solo 50 diputados, por lo quese abre la posibilidad de algún tipo de acuerdo -ya se verá si es de gobierno o no-. ERC aparece como el aliado más plausible para ello, algo que los republicanos podrían acabar pagando internamente, pero que sin duda alguna aceleraría el proceso soberanista.