El martes se estrenó en Antena 3 una nueva serie, «Fenómenos», y a la vista de los resultados de su primer entrega, por encima de los cuatro millones de audiencia, se augura un buen futuro a este grupo de personajes enloquecidos, frikis, periodistas, alucinados y deslenguadas. La primera impresión que nos deja esta serie es que está sustentada en unos guiones solventes, muy fuera de la norma y la melosa corrección actual, que existe un acertado equipo artístico tanto en los decorados y vestuario, como en la realización, que se trata de una producción muy cuidada en cuanto a disponer de los elementos, escenarios, y tecnología suficiente para lograr lo que se busca y que se basa en un reparto perfectamente seleccionado, ya que no solamente buscan nombres, sino actores o actrices que puedan desarrollar unos personajes que rozan siempre el dislate, pero que a la vez son reconocibles y se corresponden con un amplio espectro de al fauna social que nos rodea aunque pintados de colores estridentes.

Fenomenal arranque, con una entrega cuajada de detalles, que sirve para presentar de manera suficiente a los personajes centrales y que nos deja algunas escenas gloriosas, sin olvidarnos de algún personaje que va a convertirse en popular en dos entregas más, ya que utiliza un lenguaje tan sarcástico, rozando lo más burraco, pero que dicho con la soltura con lo que lo dice la actriz que le da vida, se convierte en un elemento casi de hiperrealismo.

Pero no es una serie realista, aunque se sitúa en una emisora de radio, aunque hable de asuntos propios y extraños, de los conflictos internos, y de lo que les rodea, es decir la situación actual vista desde lo ojos de un grupo de personajes que rozan la exclusión. Es quizás ese toque extremo, esa sobrecarga de tensiones expresivas y de formas no habituales lo que les da más capacidad para enganchar con audiencias jóvenes, despiertas, que esperen otra cosa que las series históricas, y que aquí, si sigue con esta intensidad en cada entrega, pueden encontrar ese alivio televisivo tan deseado: divertirse con personajes límite en situaciones límite, con buenos guiones y un fenomenal equipo actoral, muy bien dirigido.