Tasio, el caricaturista que zumba a diario en este mismo medio de comunicación, acaba de publicar un nuevo libro de la mano de Txalaparta. El título del libro es «Píldoras», por lo que tiene un aire de medicina que a más de uno se le puede atragantar, puesto que algunas tienen un sabor bastante ácido. En total, Tasio receta cien nuevas «píldoras» con un formato bastante parecido al que tiene acostumbrado a los lectores de GARA, aunque esta vez menos pegadas a la actualidad y a todo color.

«Es una pequeña medicina para la memoria. Son conceptos que la gente tiene claros, pero he intentado que las viñetas que he elegido tengan una vigencia mayor», explica el autor. Asegura también que estas píldoras también le han servido a él como «terapia», porque han supuesto un ejercicio para la memoria y de revisión constante del trabajo.

La elaboración del nuevo libro le ha llevado dos años, aunque ha sido en los últimos doce meses cuando le ha dedicado todos sus esfuerzos. «Poco a poco he ido guardando cositas y luego revisándolas», dice. Entre las páginas de su nuevo trabajo resurgen temas como la burbuja inmobiliaria y el cemento, el 18/98, el capitalismo o la represión política en Euskal Herria. Podría decirse que el grueso de las viñetas hacen referencia al periodo que va desde la transición hasta hoy mismo, aunque de vez en cuando bucea siglos atrás para reventar la historiografía oficialista de su herrialde, Nafarroa. Por otro lado, algunas de las viñetas sobre la Iglesia son absolutamente atemporales. «En el fondo, estoy deseando que mis viñetas caduquen, que ya no sirvan para retratar la realidad, pero lamentablemente parece que las cosas seguirán como son ahora por el momento«, confiesa.

«Veo el mundo en viñetas»

Los trazos de Tasio son limpios e inconfundibles. Pocos de los personajes que aparecen en «Píldoras» son reconocibles a primera vista, teniendo un papel fundamental los personajes anónimos y las caricaturas de estamentos como la Iglesia, los jueces o la Policía, con pocos rostros de personas concretas. «Creo que el único retrato que aparece en este libro es el de Unai Romano», explica el dibujante. «Es que a Unai había que sacarlo por huevos», sentencia a renglón seguido.

Tasio se muestra particularmente orgulloso del prólogo. «Me habían propuesto desde Txalaparta que me hiciera un perfil García Márquez, pero, al final, hemos decidido que me lo iba a hacer mejor mi mujer, que me conoce bastante más a fondo», bromea.

Por su parte, Mikel Soto, editor de Txalaparta, destacó que las cien viñetas que componen el nuevo trabajo del humorista de Sesma son todas inéditas. «Lo primero que nos han preguntado es si era una recopilación, pero no lo es. Este trabajo que presentamos nunca antes se ha visto», remarcó. Soto se confiesa seguidor del trabajo de Tasio y le sorprende que sea capaz de producir una tira diaria y le quede tiempo para preparar a su vez el contenido del libro que se presentó ayer en Iruñea. «Me maravilla semejante inventiva. Supongo que le vendrá del músculo adquirido durante años sacando punta a diario a la realidad».

El dibujante, sin embargo, lo ve como degeneración profesional. «Después de tantos años, hay veces que estoy viendo la televisión y me aparece como si fuera una viñeta», asegura.