Sería el invierno pasado cuando topamos en Azoka de Durango con el siempre atento y simpático Iokin Elortza. La pregunta fue la habitual, ¿qué Iokin, habrá nuevo disco? La respuesta no fue muy entusiasta, pero sí realista «pues no sabemos, para qué». La charla siguió con el valor del disco hoy en día y la escasa atención que reciben las formaciones que no suenan de una determinada manera. Nos fuimos con el desaliento de haber dado con otro proyecto quemado por la rugosidad del tiempo, lo cuadriculado de la escena musical vasca, incapaz de fijarse en decenas de sonoridades que no son las comunes, a pesar de su calidad, y la ineficiencia y pereza de las radios para ser un poco menos previsibles.

Con todo, el sol ha salido por algún rincón y aquí está el nuevo álbum de Seiurte, la banda de los singulares hermanos Elortza (Iokin, Ekain e Iñaki), a quienes se suma Julen Oarbeaskoa, que es como otro hermano.

«Atlantida»

Quienes viven en la ciudad imaginan que en los pueblos no puede surgir un grupo que no haga punk o jevi. Estereotipos, los terribles prejuicios, porque aquí están estos músicos de Berriz con un pop tan elegante y estilizado que rompe cualquier pensamiento previo.

El nuevo álbum se llama «Atlantida» y mantiene todas las claves del cuarteto: buenas guitarras, impecable ritmo, excelentes composiciones y la admirable voz de Iokin Elortza. En la hoja de promoción Baga Biga los compara con Jotakie, salvando las enormes distancias, pero, en el fondo, no es una mala similutud como proyección.

«Atlantida» es el sonido de una banda británica, pero si cuentan que provienen de Australia también cuela. «Gauen, lurrean, gurean», «Aurrera goaz», «Arnas gabe», «Hormetako erregin» (posiblemente las dos canciones más completas), «Stand by» y «Hazia» forman el bloque más sólido del disco, aunque todo el álbum es una perfecta maravilla de power-pop abierto, sugerente y harto de clase. Seiurte juegan en otra liga, lástima para todos.