La banca nacionalizada deberá reducir un 60% su tamaño a cambio del rescate
Los bancos españoles nacionalizados recibirán una inyección de capital de 37.000 millones de euros por parte de sus socios europeos tras la aprobación ayer del plan de reestructuración por parte de la Comisión Europea. A cambio, las entidades deberán someterse a un estricto plan de ajuste que supone una reducción de su tamaño del 60%. Ello se traducirá en la eliminación de sucursales y el despido de trabajadores.
GARA | BRUSELAS
La Comisión Europea (CE) aprobó ayer los planes de reestructuración de los bancos españoles nacionalizados con duras exigencias que implican una reducción de su tamaño en más del 60% a cambio de una inyección de capital de 37.000 millones de euros. Ello conllevará inevitablemente reducciones de sucursales y de plantilla. Las dudas se ciernen ahora en las consecuencias que dicha reestructuración conllevará a la sociedad, y en concreto, si se traducirán en nuevos recortes. Además, diversas fuentes apuntan a que tras éste serán necesarios nuevos rescates a la banca.
«La profunda reestructuración de Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa les permitirá ser viables a largo plazo sin un apoyo continuado del Estado», afirmó el vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, en tanto que el Banco de Valencia dejará de existir como entidad independiente y se integrará en CaixaBank, una solución que sale «más barata» que su liquidación.
En total, los cuatro bancos nacionalizados recibirán 36.965 millones de euros en ayudas europeas, de los que casi la mitad, 17.960 millones, irán a Bankia, mientras que 5.425 millones serán para Novagalicia, 9.080 millones a CatalunyaCaixa y otros 4.500 millones para el Banco de Valencia.
Habrá además una transferencia de hasta 2.500 millones de euros a la Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocido como el «banco malo».
En ese proceso de saneamiento los bancos nacionalizados transferirán 45.000 millones de euros de activos al banco malo y cederán algunas participaciones industriales y filiales.
A cambio de estas ayudas millonarias, Bruselas obliga a esos bancos a acometer hasta 2017 reestructuraciones «muy importantes y muy exigentes», que en todos los casos -con excepción del Banco de Valencia- les obliga a reducir su balance en más del 60% en los próximos cinco años.
Entre las condiciones también se establece que tendrán que centrar su modelo empresarial en préstamos al por menor y a las pymes, es decir, a la banca minorista y en las regiones en las que estaban presentes históricamente, y además tendrán que abandonar las líneas de crédito a favor de promociones inmobiliarias y otras actividades de riesgo.
«En el pasado (esos bancos) han demostrado que no son capaces de operar de manera eficiente en actividades de riesgo», sentenció Almunia, quien aplicó el mismo argumento a las restricciones territoriales. Añadió que también han demostrado incapacidad de operar de manera óptima fuera del ámbito minorista.
Este comportamiento les ha llevado a la frágil situación en la que se encuentran y a necesitar apoyo público para sanearse, - según precisó el comisario español- que también consideró que los responsables últimos «son quienes gestionaron mal estas entidades».
Red de sucursales y plantilla
Respecto a la restructuración de la red de sucursales, Almunia señaló que se reducirá a la mitad en 2017 en comparación con 2010 y tras las medidas aplicadas, la relación entre préstamos y depósitos se situará en torno al 100%, salvo en el caso de Novagalicia, en que será inferior.
Esta caja y CatalunyaCaixa serán vendidas antes de 2017 y en caso de no encontrar comprador, el Estado español tendrá que liquidarlas.
Por su parte, Bankia y CatalunyaCaixa cederán los títulos de renta fija que poseen en su cartera de valores y esta última se deshará además de la totalidad de sus fondos de capital riesgo.
La reducción de tamaño impuesta por la CE a cambio de la inyección condicionará inevitablemente la dimensión de la plantilla. El propio Almunia reconoció que tendrán que acometerse despidos, aunque dejó en manos de las autoridades españolas y de los responsables de los bancos nacionalizados informar de los mismos.
«Sin duda van a tener lugar ajustes de plantilla», remarcó, y explicó que la CE no ha impuesto a los bancos indemnizar los despidos con 20 días por año trabajado, tal como establece la última reforma laboral. Los bancos se han comprometido además a limitar las remuneraciones a los ejecutivos y miembros de los consejos de administración.
Pérdidas de las preferentes
En cuanto a la carga para financiar el rescate por parte del banco, que recae en los accionistas y titulares de capital híbrido y deuda subordinada (como son las participaciones preferentes), el comisario no reveló el porcentaje de pérdidas que se impondrá.
Solo se refirió a una «adecuada» quita y se limitó a decir que la metodología es calcular primero el valor de esas preferentes, aplicar una quita parcial y proceder al canje por acciones o títulos equivalentes de los bancos. La CE calcula que esa absorción de pérdidas reducirá la ayuda estatal en alrededor de 10.000 millones de euros.
Las primas se prohibirán hasta que no se haya aplicado la quita a los accionistas e inversores de capital híbrido y no se harán adquisiciones hasta 2017.
Tras tener conocimiento del plan de reestructuración que deberán acometer los bancos, el presidente de Adicae, Manuel Pardos, afirmó que «constituye una ilegalidad manifiesta que trata de resolver el problema de un fraude reconocido por todo el mundo cargando el coste en cientos de miles de familias ahorradoras engañadas» y cifra en 3.000 millones de euros las pérdidas de los afectados por las participaciones preferentes.
Para Pardos, Bruselas está respaldando con sus decisiones «la nefasta gestión de las cajas», algo que considera «incomprensible cuando son infinitos los frentes judiciales que dicha gestión ha originado tanto en el ámbito penal como en el civil».
También insiste en que «se impulsa la conversión de cientos de miles de ahorradores en accionistas de unas entidades cuyo valor es una incógnita y que van a ver reducido su tamaño y sus balances a menos de la mitad, con una fuerte restricción de su actividad bancaria».
«Ante esta situación, que afecta a casi 400.000 familias víctimas del fraude de las preferentes y engañados con la comercialización de emisiones de deuda subordinada, se ponen en riesgo casi la mitad de los ahorros de los afectados, que podrían afrontar pérdidas de 4.700 millones de euros», denunció.
Bankia reducirá su plantilla en 6.000 personas, lo que supone más del 25% de los 20.126 empleados de la entidad, y además cerrará unas 1.100 oficinas, dentro del plan de recapitalización avalado por el Banco de España y la CE, según fuentes financieras.
Las mismas fuentes precisan que el ajuste de plantilla no implicaría necesariamente el despido de todos los afectados, pues se podría incluir en un plan de venta de negocios. La reducción de empleados se acometería durante varios años. El banco nacionalizado cuenta con 20.126 empleados y 3.107 oficinas operativas, según datos de setiembre de este año. El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, afirmó que aunque es una transformación «difícil y dura» e impone limitaciones, espera sentarse a negociar con los sindicatos en un clima de consenso. Con dichas medidas, Bankia confía en que podrá ganar 1.200 millones de euros en 2015.
Tras conocerse dichas medidas, el máximo mandatario de Bankia explicó que la inyección inmediata del dinero situará a la entidad como una de las más solventes del Estado español y que implicará al equipo para devolver hasta el último euro recibido.
Tanto es así que el banquero no descarta que el contribuyente pueda llegar a ganar dinero con la operación y aseguró que se dejará «la vida» para cumplir el plan y poder reintegrar el apoyo recibido.
La previsión de Bankia, que en 2012 se anotará unas pérdidas récord próximas a 19.000 millones, es ganar 800 millones en 2013, 1.100 millones en 2014, cuando ya repartirá dividendos; y unos 1.200 millones en 2015. Con ello, espera «consolidarse» en el sector financiero.
Sin embargo, para llegar a esa cifra, a Bankia le queda un duro camino en el que después de traspasar activos al «banco malo», tendrá que reducir aún su tamaño un 20% para conseguir que el balance del grupo sea un 60% más pequeño que en 2010. GARA
La reestructuración de la banca conllevará una reducción de las sucursales y la plantilla que en el caso de Bankia rondaría los 6.000 y 2.500 en el de Novagalicia. La CE explicó que no ha impuesto a los bancos indemnizar los despidos con 20 días por año trabajado, tal como establece la reforma laboral.
Además de las condiciones establecidas a cambio de la inyección de capital, la CE insiste en que el Estado español debe corregir su déficit y reclama a Rajoy que concrete los ajustes previstos para 2014, al considerar que no ha adoptado «suficientes medidas». Aboga por que prosiga con la reforma laboral.
El FMI cree que el Estado español ha logrado «importantes progresos» en la reforma del sistema financiero, pero advierte que los principales desafíos aún están pendientes, como los relacionados con la reestructuración del sistema bancario y el «banco malo».
El Gobierno de Nafarroa acordó ayer solicitar un informe jurídico sobre la transformación de Caja Navarra en una «fundación de carácter especial» con sus correspondientes nuevos estatutos y patronato.