Nuevos enfrentamientos en Siliana y comparecencia del presidente tunecino
Kauther LARBI | SILIANA
La cuarta jornada de protestas y manifestaciones en Siliana fue reprimida por la Policía, que llegó a hacer disparos de intimidación contra los vecinos, que exigen la dimisión del gobernador y ayudas del Gobierno que siguen sin llegar dos años después de la revuelta que derrocó al viejo régimen de Ben Ali.
Cientos de jóvenes atacaron con piedras una comisaría de la Policía. Un agente narró a la agencia AFP que, «si nos lo autorizaran, yo no dudaría en usar munición real contra los manifestantes». Representantes locales del principal sindicato del país, la UGTT, instaron a los manifestantes a dispersarse. «Volved a casa, es peligroso. Van a disparar con fuego real», advirtió Abdesattar Manai, líder sindical.
Miles de personas recorrieron por la mañana pacíficamente cinco kilómetros en una marcha simbólica en dirección a la capital. Reclaman además el final de la violencia policial, que se ha saldado con 300 heridos esta semana, y un programa de ayuda a esta región económicamente en estado crítico situada al sudoeste del país africano.
La lucha contra la pobreza, el desempleo y el fin de la arbitrariedad policial fueron las principales reivindicaciones de la revuelta de 2010-2011 y persisten con creciente fuerza en el interior del país, marginado económicamente durante decenios por el poder.
El Gobierno, liderado por el partido islamista Ennahda, llamó ayer a la calma e insistió en que el desarrollo económico es imposible «en el caos». Su ministro de Interior defendió la actuación policial mientras la oposición exige su destitución inmediata.
Discurso esperado
Mientras los enfrentamientos se recrudecían –algunas fuentes hablaban de heridos–, el país esperaba la comparecencia televisada del presidente, Moncef Marzuki, histórico opositor laico y panárabe al régimen de Ben Ali que accedió a una alianza para formar gobierno con los islamistas.