Los HM alumbran una Constitución de compromiso y difíciles equilibrios
La Asamblea Constitucional, con mayoría de los Hermanos Musulmanes (HM), ha dado luz verde a un borrador constitucional de compromiso entre el islamismo político, hoy mayoritario en las urnas, y el laicismo de la historia reciente de Egipto. A la vez, el certificado de defunción política de los herederos de Mubarak contrasta con las cesiones a la cúpula militar egipcia, acaso a cambio de su no injerencia en los asuntos políticos (que no económicos), del país.
Dabid LAZKANOITURBURU
La Asamblea Constituyente egipcia, con mayoría abrumadoramente islamista, aprobó tras una sesión maratoniana los 234 artículos del borrador de la Carta Magna. El texto será remitido hoy al presidente, Mohamed Morsi, para su rúbrica y la convocatoria de un referéndum.
El texto no estipula que la Sharia (ley islámica) vaya a ser la única fuente de derecho, lo que no ha impedido las críticas de los sectores laico, liberal y cristiano (copto), que alertan de que los Hermanos Musulmanes, en el poder, habrían cedido a la presión de la pujante minoría salafista al incluir que la sharia debe ser interpretada según la suna (tradición). También critican la atribución al Estado de un papel de «protector de la ética y de la moral» y la prohibición del «insulto a las personas», donde ven una vía a la censura.
Igualmente, defensores de los derechos humanos han criticado que la libertad de credo se circunscriba a las religiones monoteístas (islam, cristianismo y judaísmo), lo que dejaría fuera a creencias como el bahaísmo.
HRW y Amnesty International
Human Rights Watch y Amnesty International se sumaron a las críticas de esos sectores, que se niegan a valorar los innegables avances, como la limitación a dos de los mandatos presidenciales, el multipartidismo, la separación de poderes y las libertades civiles.
El texto garantiza que los sindicatos no pueden ser disueltos y prohíbe la participación política a los dirigentes de la era Mubarak, lo que ha soliviantado a los nostálgicos del viejo régimen. Por contra, uno de los puntos más peliagudos se refiere a los militares. Así, y pese a que insiste en que el presidente es el comandante en jefe del Ejército, el borrador constitucional faculta a la casta militar a elaborar su propio presupuesto y no imposibilita del todo que ningún civil pueda ser juzgado por tribunales castrenses aunque sea en casos excepcionales.
La cuestión de la mujer
Tampoco pasa desapercibido que el borrador no haga mención específica a la prohibición de la discriminación por sexo, aunque es cierto que se ha excluido un artículo que aparecía en versiones anteriores que estipulaba que la igualdad de las egipcias debía ser conforme a la ley islámica.
En definitiva, todo apunta a un intento de equilibrismo entre las pulsiones propias de la ideología de los Hermanos Musulmanes, matizadas con un intento de no exacerbar aún más los ánimos de los sectores laicos y a la vez de no enemistarse definitivamente con los sectores políticos del salafismo. Un complicado panorama ante el cual los sectores opositores están decididos a no dar tregua. Parte de la prensa privada ha anunciado una huelga para el martes.
La actual huelga de los jueces ha amenazado con extenderse y llamar a la desobediencia civil a gran escala. Políticos liberales como Mohamed ElBaradei aseguraron que «esta Constitución será arrojada al basurero de la historia». Columnas de manifestantes llegaban ayer a la Plaza Tahrir para una nueva jornada de protestas.
Protestas que se iniciaron cuando Morsi emitió una declaración constitucional por la que impedía que los jueces, resto del antiguo régimen, puedan seguir inmiscuyéndose en cuestiones políticas. Los mismos jueces que tienen previsto sentenciar el domingo sobre la legitimidad de la Asamblea Constitucional.
El decreto estipula nuevos juicios contra Mubarak y otros altos cargos, aunque queda fuera de esta revisión la represión ejercida por el Ejército tras la caída del dictador. Una nueva muestra del equilibrismo de los Hermanos Musulmanes.