La Real regresó ayer a Donostia tras completar una exhibición en Mestalla que ha reforzado al grupo de técnicos y jugadores que han conseguido superar las situaciones más críticas que se les han presentado esta temporada. El equipo blanquiazul llegaba a Mestalla tras sufrir un gran golpe con la eliminación copera en un partido en el que volvió a pedirse la dimisión de Montanier en Anoeta y, como sucedió en Málaga después de vivirse la misma situación ante el Espanyol, el grupo ha reaccionado con un triunfo en campos de equipos clasificados para los octavos de la Champions.

El mérito del triunfo es mayor porque Montanier tuvo que improvisar una solución de emergencia con Zurutuza para cubrir la ausencia de los tres pivotes defensivos que ha utilizado desde su llegada a Donostia y su equipo fue capaz de reaccionar también al tempranero gol de Soldado para firmar un partido muy completo, con mucha posesión de balón, cinco tantos y la opción de lograr varios más.

La Real es el quinto equipo de Primera que más goles ha marcado y el sexto que menos ha encajado y es uno de los que realiza un juego más vistoso. Y el mérito es de Montanier y de sus jugadores. Es evidente que un sector de la afición de Anoeta no va a cambiar su opinión sobre el entrenador y le criticará hasta tras la exhibición de Mestalla por no haber alineado antes a Pardo o a Ifrán. Pero cualquier análisis objetivo demuestra que el nivel del juego del equipo ha sido muy alto con ellos y con otros jugadores y que solo la falta de acierto o de fortuna ha impedido a la Real ocupar una posición más alta en la tabla.

La victoria de Valencia coloca a los blanquiazules con veinte puntos, cinco más que la pasada temporada tras catorce partidos, y una victoria ante el Getafe en Anoeta les permitiría acostarse el sábado en puestos europeos. Y lo más reseñable es que el equipo guipuzcoano ha merecido lograr más puntos de los que lleva y que, a pesar de las bajas importantes que ha sufrido, debería estar más arriba aún en la clasificación.

Sin Vela y con la duda de Ifrán

La Real deberá superar el sábado la baja de uno de sus jugadores más en forma, Carlos Vela, que vio su quinta tarjeta en Valencia, y tendrá la duda de Diego Ifrán. El delantero uruguayo fue sometido a unas pruebas médicas a su llegada ayer a Donostia que confirmaron que sufre «una sobrecarga en musculatura aproximadora de muslo derecho y sobrecarga en musculatura flexora de la cadera derecha».

No parecen problemas importantes, pero habrá que esperar su evolución durante la semana para confirmar que pueda recuperarse para el sábado. El que sí podrá jugar tras cumplir su partido de sanción será Asier Illarramendi, con lo que Montanier tendrá más alternativas para el centro del campo.

La Real tiene antes del parón navideño tres partidos, ante el Getafe y el Sevilla en Anoeta y en Granada, en los que intentará superar su asignatura pendiente. Cada vez que el equipo se ha encontrado en una situación crítica ha respondido bien, pero cuando ha tenido la opción de afianzarse en la zona alta no ha conseguido dar ese paso.

La Real ha ofrecido un gran nivel ante equipos que planteaban propuestas ofensivas y le ha costado dar la talla ante rivales que buscaban partidos de otro estilo como Mallorca, Levante u Osasuna. Eso se ha traducido en una irregularidad que los de Montanier deben intentar aparcar ahora para ampliar la racha de cuatro jornadas que lleva el equipo sin perder en Liga.