Israel «recibe» a Abbas con el bloqueo de salarios públicos
El presidente de la ANP, Mahmud Abbas, regresó ayer a Ramallah, donde afirmó que «el mundo ha certificado el nacimiento de Palestina» como Estado. El «recibimiento» que le dio Israel consistió en confiscar una mensualidad entera del salario de los funcionarios palestinos
GARA | JERUSALÉN
El Gobierno israelí sigue castigando al pueblo palestino por el reconocimiento como Estado observador no miembro por parte de la ONU. Al plan para la construcción de 3.000 nuevas viviendas en Cisjordania añadió ayer la confiscación del dinero de los impuestos que cobra en nombre de la Autoridad Palestina. El ministro de Finanzas, Youval Steinitz, anunció el bloqueo de 460 millones de shekels (unos 92 millones de euros) que debían ser transferidos a comienzos de este mes.
En virtud de los Acuerdos de París de 1995, protocolo económico de los Acuerdos de Oslo, la Hacienda israelí recauda las tasas y aranceles aduaneros de los productos que entran al territorio palestino ocupado, así como de trabajadores palestinos que trabajan en Israel.
Se trata de una suma que representa más de la mitad del exiguo presupuesto de la Autoridad Palestina, que en el último año atraviesa una severa crisis de liquidez.
«Desde el principio hemos dicho que la elevación del estatus de Palestina ante al ONU no se produciría sin la reacción por parte de Israel», declaró Steinitz.
«No tengo intención de transferir los impuestos debidos a la Autoridad Palestina (ANP) este mes. Serán utilizados para pagar las deudas de la Autoridad Palestina con la compañía nacional de electricidad israelí» añadió.
Una portavoz del Ministerio de Finanzas precisó que la ANP debe más de 800 millones de shekels (160 millones de euros) a la compañía de electricidad. y que la suspensión del pago de los impuestos se destinará solo a este fin. Nour Odeh, portavoz de la Autoridad Palestina, denunció que la decisión israelí es ilegal y subrayó que «se trata de dinero palestino del que nadie tiene el derecho de disponer sino la Autoridad Palestina».
Rechaza la decisión de la ONU
En el mismo Consejo de Ministros el primer ministro, Benjamin Netanyahu, rechazó oficialmente el contenido, las consecuencias y las interpretaciones que se desprendan del texto de la resolución 67/191 de la Asamblea General, aprobada el jueves.
Los ministros israelíes defendieron de forma unánime «el derecho natural, histórico y legal del pueblo judío a su tierra y a su capital eterna, Jerusalén».
«El Estado de Israel, como Estado del pueblo judío, tiene el derecho a reclamar los territorios en disputa en la Tierra de Israel», añadió un comunicado oficial de la Oficina del Primer Ministro israelí.
Netanyahu comparó la situación con la resolución de la Asamblea General en 1975 que declaró el sionismo una forma de racismo. De hecho Israel ha ignorado 26 resoluciones de Naciones Unidas contra la ocupación o la violación de derechos de los palestinos.
Partición de Cisjordania
Asimismo, Netanyahu confirmó el proyecto de construir 3.000 viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este. «La respuesta al ataque contra el sionismo y contra el Estado de Israel nos debe conducir a aumentar y acelerar la puesta en marcha de planes de construcción en todas las zonas donde el Gobierno ha decidido edificar. Hoy construimos y seguiremos construyendo en todos los lugares registrados en la carta de intereses estratégicos del Estado de Israel», afirmó. Las construcciones previstas afectan a la zona E1, entre Jerusalén y la colonia de Maale Adumim, donde Israel se había comprometido con Estados Unidos a no construir.
Supone, de facto, la partición de Cisjordania en dos y compromete aún más la viabilidad de un futuro Estado palestino en un territorio que ya en la actualidad se ha reducido a «bantustanes» aislados.
El anuncio ha suscitado una oleada de críticas. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, recordó que «las colonias son ilegales según el derecho internacional y si (este proyecto) se concreta, daría un golpe mortal» a la solución de los dos Estados. La responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, pidió que se anule porque representa un «obstáculo para la paz». Llamamientos similares realizaron Gran Bretaña o el Estado francés.
Las críticas se han levantado incluso desde la prensa israelí. Para «Haaretz» supone «agradecer con una bofetada en la cara» a Estados Unidos su apoyo en la ONU. Hasta el diario de derechas «Maariv» marca distancias.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, fue recibido ayer como un héroe en Ramallah tras su victoria diplomática en Nueva York. «Ahora tenemos un Estado. Palestina ha obtenido un éxito histórico en Naciones Unidas» se felicitó Abbas comprometiéndose a impulsar la reconciliación entre las facciones palestinas en los próximos días.
«El mundo lo ha dicho alto y fuerte: `Sí a la libertad de Palestina. No a la agresión, no a las colonias, no a la ocupación», declaró Abbas ante una multitud reunida en la Muqata, el complejo de la Presidencia palestina en Ramallah con banderas y retratos del presidente de la ANP. Abbas dedicó el nuevo estatus de Palestina, que le permite recurrir a las agencias de la ONU y a tratados internacionales, al histórico líder palestino Yaser Arafat, enterrado en este lugar y cuyo cadáver ha sido exhumado para investigar su posible muerte por envenenamiento. El presidente de la Autoridad Palestina prometió además que su tarea prioritaria será «examinar las medidas necesarias para conseguir la reconciliación» entre palestinos, a la que la decisión de la ONU ha dado un nuevo impulso. Desde Gaza. el portavoz de Hamas, Sami Abu Zouhri, afirmó que el movimiento islamista «está interesado en conseguir la reconciliación palestina», mientras otros responsables pidieron «reuniones urgentes» para lograrlo. Por otro lado, Abbas reafirmó que «Jerusalén-este es, para siempre, la capital del Estado de Palestina», replicando la declaración del Gobierno israelí que volvió a calificar a Jerusalén como «la capital indivisible y eterna de Israel». GARA