Últimamente, a menudo, nuestro barrio ha aparecido en la prensa con una imagen que creo no queremos proyectar. Aquí viven vecinos que llevan conviviendo con nosotros desde hace ya mucho tiempo y que no nos han originado ningún problema. Estos días hemos visto fotos con caras conocidas en los periódicos, vecinos en situación «irregular» que están siendo tratados de manera inhumana en redadas de la Policía Nacional, bomberos, municipales y Ertzaintza (solo falta la Guardia Civil) sin hacer diferencia entre delincuentes acosadores y personas que vinieron hace mucho tiempo de su país sólo y exclusivamente para buscarse la vida. Han detenido a un número elevado. No sé si a modo intimidatorio tiene algún resultado, pero mezclado con la noticia de la agresión a una vecina vuelve a proyectar una imagen distorsionada de la realidad.

Pienso que habría que intentar un acercamiento a esas personas, de igual a igual, como vecinos y vecinas que estamos hartos de las agresiones y el miedo que cinco o diez personas están generando en el barrio. Creo que no estaría de más convocar una asamblea abierta también a esa nueva vecindad, para que puedan sentirse parte del barrio y que algún día nos podamos, entre otras cosas, proteger mutuamente. A muchos yo ya les pongo cara, y ya no pueden resultarme ajenos.

Es un reto intentar que el conjunto del vecindario entienda que no todos los magrebíes son los acosadores, que no tenemos que caer en la tentación de darle juego a los medios cuando tratan de vender una noticia que intenta hacernos cómplices del racismo, o de la condena de la pobreza y la marginación, tenga esta el origen que tenga.

Este tipo de intervenciones policiales no me hacen sentir ni más tranquila ni más segura, sino que me hacen sentir más culpable y más triste por no haber podido evitar otra agresión a un colectivo cada vez más vulnerable.

Nuestro compromiso debe empujarnos a hacer un esfuerzo para que el Ayuntamiento actúe solo protegiéndonos de los que nos hacen daño, evitando las criminalizaciones colectivas o genéricas que nada solucionan y tantos perjuicios y prejuicios generan.