La Mesa del Parlamento de Gasteiz ha decidido suspender el procedimiento de compra de un centenar de tabletas electrónicas -concretamente, iPads- que pretendía adquirir con un coste final superior a los 220.000 euros. El eco que han tenido las informaciones publicadas al respecto, en un momento en que tanto la sociedad como el conjunto de las administraciones públicas están siendo sometidas a duros recortes, y la negativa de los parlamentarios de EH Bildu y de algunos electos de otros grupos a hacerse con estos productos han llevado al órgano de gobierno de la Cámara a enmendarse. Se trata de una oportuna marcha atrás, toda vez que resultaba incomprensible asumir un gasto de estas características cuando el Parlamento proporciona a los electos otras herramientas que son suficientes para que puedan desarrollar su trabajo. En todo caso, a este paso deberían seguirle otros por parte de una institución que se ha acostumbrado a hacer uso de sus fondos con cierta falta de rigor presupuestario, como sucede con las dietas. Aún hay margen para optimizar el gasto y de acercarlo a los parámetros que exige un uso responsable del dinero público.