«La comunicación de la crisis. La crisis de la comunicación». Así se tituló el seminario que Paz con Dignidad organizó ayer en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV-EHU en Leioa.

Yannis Tsirbas, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad de Atenas, fijó la realidad, cada vez más parecida al Estado español, que vive Grecia, en la que dijo que en el último año se han perdido al menos 1.000 puestos de trabajo en el sector. Se expusieron diferentes realidades de Euskal Herria, a través de Maite Asensio, de «Berria», o de Emilia Laura, colaboradora del programa «Pikara» de La Sexta. Intervinieron algunos representantes del comité de «El País», tras el expediente de extinción de empleo, y se cerró el seminario con una intervención desde el colectivo editorial «Diagonal», por medio de Patricia Manrique y José David Carracedo.

Los últimos datos indican que alrededor de 8.000 periodistas han perdido su empleo desde que en el Estado español comenzó la crisis. Aunque, igual que en otros sectores, se demuestra que el poder empresarial lo que busca es solo la rentabilidad del negocio y, de ahí, que, al final, las personas son las más vulnerables.

«Espiral de silencio»

Yannis Tsirbas concluyó con una aseveración: «no soy optimista». Porque, según explicó, «la narrativa principal dominante nos lleva a una espiral del silencio que oculta una parte importante de la realidad».

Situó a los medios de comunicación, dependientes de grandes empresas o bancos, como medios directos de influencia política. Incluso dijo que «algunos periodistas no solo trabajan en un medio escrito, hablado o televisado, sino que lo hace en la oficina de un diputado. Está a sueldo del político». Tsirbas admitió que la crisis ha incidido en las condiciones laborales de los periodistas y remarcó que hay mucha explotación y bajos salarios, para quienes ya están dentro, pero en peores condiciones para quienes se inician en el sector.

De la información más llamativa que trasladó, el profesor universitario admitió que los medios de comunicación cuentan la realidad beneficiándose del sol que más calienta. Porque desveló que ante la crisis económica de Grecia, que está generando una devastación social y laboral en el país, «los medios más influyentes siguen las decisiones de la troika y las consideran positivas», aunque «una mayoría de la población muestre su oposición a los recortes que llegan desde Bruselas».

Aunque no lo dijo de forma directa, los medios de comunicación más influyentes de Grecia se han convertido en «arietes» del poder de la troika, a pesar de que reconoció que el desempleo en Grecia ha pasado de un 12% a un 25% en un par de años. Porque, quienes controlan el poder y los medios, «que despiden y explotan a los periodistas», establecen «una narrativa diferente de que por ese camino, el que nos trazan en Bruselas, es por donde se saldrá». Lo que va a contracorriente de ese discurso oficial, es «denostado acudiendo, incluso, a principios metafísicos y religiosos».