Varias capitales europeas, lideradas por París y Londres, llamaron a los embajadores israelíes respectivos para protestar contra el proyecto de miles de nuevas viviendas para colonos en Cisjordania y en Jerusalén Oriental. No llegaron a llamar a consultas a sus embajadores en Tel Aviv, como había adelantado un diario israelí, lo que habría supuesto una medida diplomática de gran calado.

Los embajadores israelíes en el Estado francés, Gran Bretaña Estado español, Suecia y Dinamarca fueron convocados por los ministros de Exteriores de los respectivos países para mostrarles su «preocupación».

Pese a ello, el presidente francés, François Hollande, mostró su esperanza en que Israel dé marcha atrás en su proyecto de construcción de más colonias y matizó, al margen de una cumbre francoitaliana, que «nosotros no queremos entrar en una lógica de sanciones»

Un responsable del Ministerio francés de Exteriores descartó la retirada de su embajador en Tel Avivi asegurando que «hay otras vías para expresar nuestra desaprobación».

A medio camino

El diario israelí «Haaretz» había adelantado en su edición de ayer que Londres y París tenían intención, de forma coordinada, de retirar a sus embajadores en Tel Aviv. Un diplomático europeo había augurado que «esta vez no será una simple condena. Se van a tomar medidas de calado contra Israel».

«Londres está furioso con la decisión concerniente a E1», añadió el diplomático respecto a la ampliación de las colonias.

La retirada de embajadores hubiera sido una medida de protesta inédita en la historia de las relaciones diplomáticas entre las principales cancillerías europeas e Israel.

El Gobierno británico, que calificó las informaciones del diario israelí de «simples especulaciones», insiste en que la construcción de nuevas colonias «hace potencialmente cada vez más difícil llegar a una solución basada en los dos Estados con Jerusalén como capital partida». «Estos planes dañarán la reputación internacional de Israel y generarán dudas sobre su compromiso de lograr la paz con los palestinos», señaló el ministro de Exteriores, William Hague.

El Foreign Office señaló, respecto a la posibilidad de ir más allá que la queja formal ante el embajador israelí en Londres, que «cualquier decisión sobre otro tipo de medidas dependerá del resultado del diálogo en curso con el Gobierno israelí y con nuestros aliados internacionales, entre ellos EEUU y la UE».

El portavoz del Ministerio francés de Exteriores, Philippe Lalliot, señaló que la llamada a consultas del embajador israelí, Yossi Gal, tuvo como objetivo mostrarle «la gran preocupación de Francia».

En un comunicado, la legación israelí en París evocó un «encuentro» en el Quai d´Orsay, y añadió que Yossi Gal se justificó señalando que «no tiene sentido esperar a que Israel se quede de brazos cruzados tras la iniciativa unilateral palestina en la ONU». Tel Aviv anunció la ampliación de las colonias el día después de la aprobación por la Asamblea General de la ONU del estatus de Estado observador a Palestina. Hasta EEUU ha criticado la reacción de su gran aliado israelí, criticando que «socava la causa de la paz» con los palestinos. Moscú fue más allá y calificó el proyecto israelí de «ilegal», apelando a que reconsidere su posición.

Por contra, y fiel a su condición de rehén, Alemania se limitó a mostrar su «gran inquietud» por la reacción israelí.