Último partido de competición europea en el viejo San Mamés
De despedidas y bienvenidas
Con Toquero en el lateral y Llorente en punta, Laporte recibirá su bautismo en La Catedral, mientras Morán y Peña podrían hacerlo.
ATHLETIC-SPARTA DE PRAGA
Joseba VIVANCO
«Que el último partido de competición europea tenga el rasgo que tiene este no es lo que hubiéramos querido, hubiéramos preferido que se resolvieran cosas importantes. Lo lamentamos mucho, yo especialmente, que no sea de ese modo», se sinceró ayer el técnico rojiblanco Marcelo Bielsa, por lo nada que se juega el equipo y, seguramente, por un rival que no es de campanillas como seguro que todos hubieran deseado como la mejor despedida de las competiciones continentales para el viejo San Mamés. Pero la histórica Catedral dirá adiós y hola al mismo tiempo, bienvenida y protección a esos cachorros que, como Aymeric Laporte desde el inicio, o quizá como Erik Moran y Álvaro Peña en el transcurso del encuentro, recibirán su bautismo en el mítico estadio reservado solo para los elegidos.
El entrenador argentino introducirá de nuevo numerosos cambios en el once de partida, comenzando por la portería con Raúl y hasta innovando con el aliciente de Gaizka Toquero en el lateral diestro, como confirmó ayer el de Rosario. El técnico confiará en Ramalho y de nuevo en Laporte -otro guiño más al defensor para que siga en Lezama- como pareja de centrales. Por delante de ambos, Marcelo Bielsa probará con San José de cara a sustituir a Iturraspe el domingo ante el Celta. Estará con el navarro el propio `Itu' junto a Muniain, todos ellos por dentro, bandas para Igor Martínez e Isma López, y en punta, nuevo plebiscito para Fernando Llorente tras su anuncio de que se va el 30 de junio. San Mamés, seguro, volverá a ser sabio.
Juventud o impericia del técnico
Como sabio suele mostrarse el preparador argentino en sus comparecencias. Ayer no tuvo reparo en sicoanalizar al equipo y atribuirlo a la inexperiencia del grupo o su mala gestión del equipo. «La experiencia del año anterior debería anular la posibilidad de creer que es la inexperiencia la que perjudica al equipo. También observo que vuelven a pasar cosas que ya han pasado. Estamos reiterando la incapacidad de resolver situaciones que ya habíamos aprendido a corregir. Eso puede tener que ver con la juventud o impericia del entrenador, que es el que articula los estímulos para que los errores cometidos no se repitan», reflexionó.
Juventud, impericia, incluso «hay cosas que no son de nadie», añadió. ¿La mala suerte? Puede, aunque Bielsa aclaró presto que «la palabra suerte en el fútbol es difícil de explicar». Y tras quince minutos de teorizar, el técnico reconoció que «muchas veces tenemos más necesidad de explicar cosas que argumentos que sostengan la explicación».
Último partido europeo
En San Mamés cayó derrotado el Oporto en el primer partido de competición europea jugado en La Catedral del fútbol. Fue un 26 de setiembre de 1956. Por su césped, desde entonces, han desplegado su juego algunos de los clubes continentales de mayor relumbrón, desde aquel gran Manchester United que sucumbió bajo una gran nevada o el Honved húngaro de Kocsis y Puskas ese mismo año, al Ferencvarosi de Florian Albert, el futbolista más elegante de todos los tiempos; del Milan de Gianni Rivera en 1976 a la Juventus de Zoff, Tardelli o Bettega que la misma temporada perdió ante los leones 2-1 pero se llevó la Copa de la UEFA; del Liverpool de Globelaar, Dalglish o Souness que se impuso con testarazo de Ian Rush, al Newcastle de Peter Beardsley que besó la lona; del empate con la Juventus de Zidane y Del Piero en 1998 al United de Giggs, Rooney y compañía en 2012, sin olvidar la histórica noche ante el Sporting de Portugal que dio el pase a una final.
Un total de 59 equipos europeos han pisado el viejo San Mamés en estos años de competiciones continentales. Una historia plagada de grandes partidos y de decepcionantes resultados. Un colofón que lo pondrá hoy, en el partido número 75 de La Catedral en Europa, un club que ya sabe lo que es jugar en este estadio. El Sparta de Praga nos visitó en 1970 en la antigua Copa de Ferias. Aquel Athletic dirigido por Ronnie Allen y capitaneado por hombres como Iribar, Sáez, Uriarte, Rojo I, Carlos, Zubiaga, Igartua... empató a un gol. Sin embargo, no ha sido esa la única presencia de los checos en el campo bilbaino.
Mucho antes, durante los primeros días de 1922, el Athletic jugó una serie de encuentros amistosos y precisamente ante el Sparta de Praga -los checos llegaron a Bilbo, literalmente, con una barra de pan, ya duro, bajo el brazo, al pensar que aquí no había dicho alimento- disputó tres partidos en ocho días, perdiendo los dos primeros y ganando el último; el segundo de ellos fue arbitrado por Pichichi. Hoy, Rafael Moreno tendrá su propia despedida europea. Su espíritu seguirá en el nuevo estadio.
«La decisión ya estaba tomada y anunciada y ayer no se dijo nada diferente a lo definido y planteado con anterioridad», manifestó ayer Marcelo Bielsa, que incluso se mostró sorprendido por la relevancia que los medios de comunicación dieron a la rueda de prensa del delantero. «Sinceramente la acentuación a la conferencia de Llorente me parece injustificada, porque dijo lo mismo que ha dicho siempre», consideración que choca con lo dicho por el propio argentino hace solo unos días, cuando habló de que sentiría como si de un título se trata el que Llorente decidiera seguir muchos años en el Athletic. Para Bielsa no hay problema en que siga hasta junio -dejó claro que en enero no saldrá- y hasta lo consideró un «aporte» para el equipo. No quiso el técnico entrar en valoraciones sobre las críticas que el propio jugador lanzó sobre los medios de comunicación, pero aprovechó para aclarar que desconoce lo que los periodistas han escrito y dicho sobre Llorente porque él solo lee una «mínima» parte de lo que se escribe, filtrada previamente por algún colaborador, y siempre que tenga que ver directamente con el juego. J.V.
