Como todo en esta vida, la confianza solo es buena en su justa medida. También puede aplicarse a la trayectoria de Osasuna en estos tres primeros meses de temporada, en los que un exceso de confianza ha podido frenar su reacción, pero que precisamente ahora se esfuerza en recuperar buena parte de la que ha perdido para prolongar su línea ascendente.

Así lo ve Patxi Puñal, observador inmejorable por su experiencia, pero también por el cierto grado de perspectiva que ha podido darle la grada, a la que le han condenado prácticamente la mitad de este tiempo una inexplicable sanción y una lesión que, como reconocía el propio futbolista, se ha alargado algo más de lo que esperaba.

«La pretemporada fue bastante bien y creo que todos pensamos que teníamos un equipo como para estar ahí -analiza Puñal-. Nuestro análisis era de un principio un poco complicado, con una salida y la visita del Barcelona, pero fueron pasando los partidos y nos veíamos todavía ahí». Pero al equipo le costó darse cuenta. El propio capitán rojillo reconoce que «he tenido situaciones mucho peores, años que mirábamos el calendario y decíamos `joder, a quién le vamos a ganar'. Este año no ha habido esa sensación ni por el forro. Y quizá por eso nos ha costado, porque quizá hemos tenido demasiada fe en el equipo en determinadas ocasiones y eso nos ha hecho bajar ese pelín de intensidad que a nosotros es lo que nos da los puntos».

Más aún en un equipo como el navarro, de «jugadores prácticamente similares, donde tenemos que jugar todos al 100%. En cuanto dos o tres no lo están, el equipo se resiente mucho».

Y así sucedió que Osasuna tocó fondo. Quizá, siguiendo la reflexión del centrocampista, lo que necesitaba. Porque fue cuestión de «verle las orejas al lobo, con los partidos que pasaban y nosotros de farolillo rojo con cinco puntos, en ese momento de atranque», y comprender que «o echábamos toda la carne en el asador, o se iba a complicar la cosa»

Competitividad

Afortunadamente, los jugadores fueron capaces de «sacar de donde hay y de donde no hay», lo que ha permitido a Osasuna remontar posiciones y empezar a recuperar la confianza, siempre necesaria en su justa medida, y que, tras haber tocado techo, se había desplomado, lastrada por las derrotas. Y en esas espera seguir, a base de esfuerzo, intensidad y competitividad, que es, a fin de cuentas, donde reside habitualmente la clave del éxito rojillo.

«El equipo lleva varias jornadas que hace todo lo que puede. Con más fútbol o menos fútbol, pero todo lo que puede. Como la semana pasada, jugamos contra un equipo que jugó bien como el Rayo y a nosotros nos costó coger el balón y no estuvimos cómodos, pero el equipo corrió, peleó e hizo todo lo que pudo. Haciéndolo así, ganaremos, empataremos y también se nos escaparán partidos pero, compitiendo así, se sumarán puntos con más facilidad que antes».

Y, posiblemente, con Patxi Puñal sobre el césped. Aunque el buen papel que viene realizando el equipo en las últimas jornadas ha encarecido la entrada en el once titular. El capitán asume que será José Luis Mendilibar quien decida si sigue el choque frente al Valencia desde «el césped, el banquillo o la grada» y, aunque a ningún futbolista le apetece comer pipas mientras sus compañeros se visten de corto, considera positivo que no haya jugadores insustituibles, ni siquiera él mismo.

«Positivo al cien por cien -recalca-. Cuando uno está ahí, jugando y haciendo las cosas bien, parece que eres insustituible. Me ocurre a mí y les ocurre a otros muchos, en otros muchos trabajos y en otros muchos aspectos de la vida. Pero falta uno y otro que parece que estaba en un segundo plano coge responsabilidades y es capaz de sacar las cosas adelante. Eso es positivo al cien por cien», insiste.

Además, de la misma manera que, en una lectura más negativa, el bajo rendimiento de un par de jugadores ya es suficiente para que se resienta el de todo Osasuna, «cuando las cosas van bien» sucede todo lo contrario, «y cuando salen unos y entran otros, el equipo no se resiente en absoluto».

Sola sigue al margen

Pues algún cambio tendrá que realizar esta semana José Luis Mendilibar porque, además de la baja de Sisi -que hoy pasará por el quirófano-, parece muy complicado que Kike Sola pueda vestirse de corto. El cascantino tampoco pudo entrenar ayer con el grupo. Sí lo hizo de nuevo Nino, pero tampoco parece que vaya a estar en condiciones.

El equipo volverá a trabajar hoy, esta vez a puerta abierta, en Tajonar (10.00).