Maite SOROA | msoroa@gara.net
Tocaba españolear
Ayer era día grande para muchas y muchos de los editorialistas y columnistas que con tanta frecuencia visitan esta lupa. Celebraban el 34 aniversario de su Constitución, y algunos lo hacían con el convencimiento de que a ese traje apenas le quedan costuras por soltarse. Por eso ponían todo su empeño en defender sus presuntas virtudes. Como «La Razón», que en su editorial defendía la «Vigencia de la Constitución», lo que ya dice mucho del futuro que le ven. El diario de la derechona se lamentaba porque «este año la conmemoración constitucional viene condicionada por un clima de preocupación y pesimismo ante la situación económica que atraviesa España y, también, por los ecos de la tensión separatista en Cataluña y el País Vasco». Vamos, que no están para muchas celebraciones. El editorialista de «La Razón» censuraba a la Generalitat de Catalunya, porque «no enviará a ningún representante al acto oficial», y también a la Diputación de Gipuzkoa, porque «ha declarado la jornada como `laborable'». A dónde vamos a ir a parar...
Pero lo más llamativo en ese periódico era una columna firmada por Santiago Abascal, a quien servidora cada vez le saca más parecido a Ynestrillas, será por la barba. Resulta que Abascal y su tropa habían convocado un acto ayer en Madrid, para celebrar lo muy españoles que son, y tocaba hacer propaganda. En su columna, el exparlamentario admitía que «España atraviesa por una de las horas más difíciles de su historia reciente», algo que achaca al «separatismo» que «precisa de un enemigo contra el que volcar sus frustraciones. Y ese enemigo es España». Pobre España, que le sube la prima de riesgo, la van a rescatar a la voz de ya y además tiene que aguantar las frustraciones de separatistas. Abascal, en su perorata, añadía que «por complejos, por pereza, por inconsistencia, por ignorancia, es igual; nunca se ha plantado cara a la voracidad egoísta del nacionalismo», pero a continuación tranquilizaba a sus españolísimas huestes con un «hasta hoy». Y advertía: «aquella caricatura que del `España se rompe' hacían algunos hoy ha perdido su gracia -si alguna vez la tuvo- y se ha convertido en una angustiosa y palpable realidad. Sencillamente no lo vamos a tolerar». ¿Y qué van a hacer Abascal y los suyos para no tolerarlo? Buena pregunta. Me parece que el parecido no es por la barba...