Los colectivos que han suscrito el Acuerdo de Gernika presentaron ayer una iniciativa que han enmarcado en el contexto de la concesión del premio Nobel de la Paz 2012 a la Unión Europea, a la que pedirán que se implique directamente en la resolución del conflicto. Para trasladar formalmente esa solicitud, una representación del Acuerdo de Gernika acudirá a Estrasburgo el próximo martes para entregar una carta dirigida a los principales responsables institucionales de la Unión.

Ese documento recoge los tres puntos que se transcriben íntegramente a continuación:

«1. Que la Unión Europea invite a los Estados miembros de Francia y España a abordar las consecuencias del conflicto vasco en base a los estándares internacionales de resolución de conflictos.

»2. En el caso de que no lo hagan, que la Unión Europea lidere la fase de resolución de consecuencias del conflicto de este proceso como parte implicada en el mismo.

»3. Que la Unión haga un llamamiento para que los Estados se comprometan a respetar los derechos humanos, finalicen con la legislación de excepción y acaten y cumplan las sentencias del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo».

La delegación que trasladará esta solicitud a la UE estará compuesta por los diputados de Amaiur Maite Aristegi y Jon Iñarritu, la integrante de EA y Bildu Lorena López de la Calle y el representante de LAB Igor Urrutikoetxea.

Tal como explicaron, en euskara y castellano, durante la rueda de prensa que tuvo lugar en Donostia Joana Aurrekoetxea y Camino Saiz, este paso se produce cuando ha transcurrido ya un año de la celebración de la Conferencia de Paz de Aiete, donde «los agentes políticos, sociales y sindicales que allí se reunieron junto con los observadores internacionales acordaron la hoja de ruta del proceso de paz y normalización política de Euskal Herria».

En cuanto al cumplimiento de lo acordado, señalaron que mientras ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada, los estados español y francés «siguen haciendo oídos sordos ante las conclusiones de la Conferencia de Aiete» y «ante las peticiones y deseos de una gran mayoría de la sociedad vasca».

«Y lo que resulta aún más grave -subrayaron-, [los estados] han seguido con la brutalidad policial, ordenando detenciones y encarcelaciones por razones exclusivamente políticas, mantienen en vigor la legislación de excepción y se han dado casos de torturas». También pusieron de relieve que las autoridades de Madrid y París ni siquiera tienen en cuenta las resoluciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como ha quedado en evidencia tras el fallo contra la aplicación de la denominada «doctrina Parot». Y es que en el caso de Inés del Río, no solo el Gobierno de Mariano Rajoy ha expresado su rechazo a la decisión judicial -sobre la que ha presentado recurso ante la Gran Sala-, sino que además la Audiencia Nacional española se ha negado expresamente a poner en libertad a la presa de Tafalla tras examinar la resolución dictada por Estrasburgo.

«En definitiva -añadieron-, cuando nos encontramos en una fase de esperanza para la paz y la normalización política, los estados español y francés se niegan a poner en práctica la vía basada en los estándares internacionales para la resolución de conflictos».

Compromiso firme

Pero tras reafirmar que los firmantes del Acuerdo de Gernika mantienen su «compromiso firme por la paz y la normalización», indicaron que es, precisamente, «el inmovilismo de España y Francia» el que les ha llevado a dar este «nuevo paso», que consistirá en acudir a Estrasburgo para entregar la carta en la que se solicita a la Unión Europea «una implicación directa en el proceso de paz de Euskal Herria».

Tampoco restaron valor al hecho de que la UE haya sido galardonada recientemente con el Nobel de la Paz «a pesar de que en algunos aspectos o procesos la aportación de la Unión Europea ha podido resultar cuestionable», ya que comentaron que «es indudable la aportación de la Unión en la difusión de la cultura de paz y del respeto de los derechos humanos y civiles».

«Teniendo en cuenta todo ello y a sabiendas de que el de Euskal Herria es el último conflicto político de la Unión Europea, queremos hacerle llegar una serie de peticiones concretas. Además -manifestaron-, no podemos olvidar que las personas que sufren el conflicto y sus consecuencias son ciudadanos y ciudadanas europeas y que sus derechos están siendo vulnerados». Por tanto, los agentes firmantes del Acuerdo de Gernika consideran necesario que la Unión Europea «se implique directamente en la resolución del conflicto vasco».