Las discusiones en torno a la ayuda a los países pobres y el fracaso de los países ricos a la hora de marcar objetivos más duros en la lucha contra el cambio climático amenazan la Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, que debía concluir ayer en Doha (Qatar) aunque se preveía su extensión hasta hoy por las distintas discrepancias.

En este sentido, la responsable de Cambio Climático de la ONU, Christiana Figueres, en declaraciones a Reuters, aseguró que «nunca va a haber ambición suficiente» para evitar más sequías, inundaciones, olas de calor y subidas del nivel del mar. «El hecho es que la respuesta de la política internacional va por detrás de lo que la ciencia dice. Esa es la frustración», añadió. Este año se espera que las emisiones de gases de efecto invernadero suban un 2,6 %, impulsadas principalmente por China e India, que sostienen que necesitan quemar combustibles fósiles para su crecimiento económico.

Financiación clave

Asimismo, EEUU, Europa y otras naciones ricas, que se enfrentan a la crisis económica, se han negado a establecer un calendario para alcanzar los 100.000 millones de dólares anuales prometidos a partir de 2020 a los países en vías de desarrollo para ayudar a limitar sus emisiones. Celine Charveriat afirmó que «la financiación se ha convertido en una cuestión que puede llevar al éxito o al fracaso». «El texto sobre financiación no vale ni el papel en el que está escrito» ironizó.

Por otro lado, las naciones menos desarrolladas también denunciaron las reticencias de los países ricos a extender el Protocolo de Kioto en un segundo periodo a partir de 2013. A su juicio, este tratado es un paso vital hacia un nuevo acuerdo de la ONU, que debería cerrarse en 2015 para entrar en vigor en 2020, pero se ha visto debilitado por la salida de Rusia, Japón y Canadá.