Muy cerca de la estación, junto al Ibaizabal, en el cruce de la calle Uribarri y la avenida de Montevideo, se encuentra Sapuetxe, el veterano gaztetxe de Durango. Este es el origen de la Durangoko Azoka Alternatiboa, además de espacio físico que acoge diferentes actividades de esta.

Sus objetivos son demostrar que hay otro tipo de cultura no mercantilizada y agilizar la difusión e intercambio de ideas.

A pesar de las dificultades, esta experiencia autogestionaria llega este año a las trece ediciones. La Azoka Alternatiboa está instalada en una carpa, junto al mercado de Durango, al lado del cine, allá donde empezó la otra Azoka. Allí ofrecen sus materiales distribuidoras vascas, como la DDT, y otro tipo de colectivos como el Zapateneo (Gasteiz), Eguzki Bideoak (Iruñea) o Rechazo (Santurtzi).

Autogestión

Los materiales, no podía ser de otro modo, son autogestionados y son sus participantes quienes se encargan de todo lo relacionado con su organización e instalación. «Las reuniones preparatorias comenzaron allá por el mes de junio: «Aunque hay grupos que vienen de fuera (Catalunya, Castilla, etcétera), el esfuerzo principal lo ponen las distribuidoras vascas», nos dice Mikel Txapu, uno de lso integrantes de este colectivo de colectivos.

«El objetivo es demostrar que existe otro modelo de cultura, que para crear cultura no son necesarias tantas empresas o tantos intermediarios. Queremos demostrar que cualquiera puede hacerse cargo de un proceso de este tipo». De hecho, durante estos días se han desarrollado talleres prácticos para que cualquier persona pueda editar su propio libro (diseño, encuadernación, aspectos legales) o grabar su propio CD: «Se pueden hacer cosas con muy poco dinero. Además, los precios de venta de los materiales suelen ser los costos: no queremos que el dinero sea un freno a la difusión y el intercambio de ideas», prosigue Txapu.

Los costos de la misma Azoka Alternatiboa se cubren gracias al bar, sito en Sapuetxe, y al comedor vegano que durante estos días acoge el gaztetxe: el menú, dos platos y postre, todo por cuatro euros, es un ejemplo práctico de la comunión entre objetivos y medios preconizados por los grupos organizadores. Aún quedan dos días para descubrir otros mundos.