El grupo municipal de Bildu en Iruñea ha desarrollado una amplia ronda de contactos con agentes diversos en torno al modelo económico de la capital navarra. Ahora da un nuevo paso y este martes convoca una asamblea ciudadana a la que invita a acudir. Será a las 19.00 en la Sala Calderería de Alde Zaharra, y Bildu fija como objetivo «escuchar a la ciudadanía, escuchar sus opiniones, críticas y aportaciones y profundizar así en una conversación continua y bidireccional».

Los concejales de Bildu en Iruñea -Eva Aranguren, Pello Martínez de Eulate y Patricia Perales- dieron cuenta de ello en una rueda de prensa en la que remarcaron la necesidad de «dar un giro de 180 grados en el modelo económico de Iruñea» a través de «marcos de participación ciudadana real». También considera urgente «evidenciar la situación en que se encuentran las arcas públicas de la ciudad como consecuencia de la nula planificación y errónea priorización del gasto por parte de la derecha en los últimos trece años».

Constatan que la mala gestión de la era de Yolanda Barcina «le ha llevado a despilfarrar en época de bonanza, invirtiendo en macroproyectos desproporcionados o de dudosa prioridad social». Y ahora, con Enrique Maya en la Alcaldía, «cuando llega la época de las vacas flacas, UPN se dedica a cortar y limitar el gasto a diestro y siniestro».

Inversiones reducidas en 92%

Bildu ofrece datos concluyentes. Desde 2007 la capacidad de gasto del Ayuntamiento de UPN se ha reducido en un 38%, y las inversiones, en un 92%. «¿Ha estado motivado este descenso en una reducción de las necesidades de la ciudadanía? -se pregunta Bildu-. En absoluto. Se debe a la falta de planificación absoluta con que se han acometido las inversiones». Cita ejemplos como «la monumental Estación de Autobuses o el proyecto del Museo de los Sanfermines, dinero tirado directamente a la basura por un empeño megalómano y absurdo».

Aranguren, Eulate y Perales recuerdan que con ello el endeudamiento municipal se ha duplicado en prácticamente cinco años. Añaden que la ronda de contactos que han realizado ha servido para recoger una preocupación generalizada en torno a cinco cuestiones: los recortes y privatizaciones, la marcha atrás en derechos sociales y laborales, el afán de control y de castigo por parte de UPN, la «bunkerización» de la institución más cercana a la ciudadanía y, como contrapunto, «la necesidad de trabajar en común para poner la bases de un cambio que frene esto, construyendo mayorías alternativas».