Mi inexcogitable amigo el Sr. Ortuzar ha hecho unas largas declaraciones en que invita a la Sra. Mintegi a «pensar cómo podría coadyuvar a la gobernabilidad del país» en vez de «refugiarse en programas maximalistas, en la demagogia, sin presentar una alternativa real». Por lo visto, el Sr. Ortuzar piensa que la izquierda abertzale «quiere hacer un acto político artificial de disputar (la Lehendakaritza al Sr. Urkullu), de simular que hay dos modelos para dirigir el próximo gobierno vasco... cuando solo hay uno, el modelo PNV, que está abierto al acuerdo». Me preocupa que el Sr. Ortuzar  vea la realidad como un libro con las páginas impresas por una sola cara. Y me preocupa más que incurra en contradicciones lógicas como esa que salta en la frase de que solo hay un modelo para dirigir el Gobierno vasco y ese modelo es el del PNV, que está abierto al acuerdo. Si solo hay un modelo, ¿qué es lo que se puede acordar? Conste que yo tengo al Sr. Ortuzar un innegable afecto, entre otras cosas porque me parece la cálida sonrisa del régimen, pero me permito indicarle que modelos de gobierno siempre hay varios, entre ellos el honesto que propone la Sra. Mintegi y que se basa en una concepción plenamente social de la vida y de la economía vasca. Quizá esto parezca maximalista, pero a mí me parece admirable, si se piensa, sobre todo, en lo que está cayendo. A mí lo de comer a la carta -es decir que una familia reparta la baraja y al que le toque el as de oro, coma- me parece muy propio del Sr. Rajoy. Y no me dirá el Sr. Ortuzar que el proyecto del Sr. Rajoy es el del PNV. Si es así, yo también soy maximalista, es decir, deseo trabajo, salario, chacolí, bainas y algo de postre. Quizá la Sra. Mintegi diga algo sobre ello en el pleno del día 12.