Estado de «calamidad nacional» en Filipinas por el tifón Bopha
GARA |
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró ayer el estado de «calamidad nacional», como consecuencia de los daños causados por el tifón Bopha, que cruzó el país entre el martes y el jueves y dejó 459 muertos y 5,4 millones de afectados en 26 provincias.
Fuentes de la Presidencia indicaron que la proclamación permitirá agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas más castigadas, entre otras cosas.
Las regiones de Mindanao (sur) y Visayas (centro) son las más castigadas por el tifón, que entró en el país con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y copiosas precipitaciones. El estado de calamidad se aplicó los primeros días en las provincias del Valle de Compostela, Davao Oriental y Surigao del Sur, en Mindanao, de donde son la casi totalidad de las víctimas mortales registradas.
Los últimos datos del Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres incluyen 212.323 personas acogidas a 297 centros de evacuados que necesitan agua potable, alimentos, ropa y medicinas. Aún siguen sin luz 35 municipios y continúan intransitables 16 carreteras y 18 puentes.
«Pablo», el nombre que le dieron los filipinos al huracán, destruyó 21.465 casas y causó destrozos en otras 16.711. Los daños provisionales a la agricultura y las infraestructuras superan los cien millones de dólares. Las prioridades son atender a las personas desplazadas, localizar a los desaparecidos y restablecer comunicaciones y servicios.
Bopha ha resultado ser el peor tifón que ha visitado el país este año y cierra una temporada que hasta estos últimos años empezaba por lo general en el mes de junio y concluía en noviembre. El año pasado ocurrió algo parecido con Washi, que visitó inesperadamente Filipinas la semana anterior a Navidad y mató a 1.200 personas.