El expresidente sudafricano Nelson Mandela, de 94 años, fue hospitalizado ayer para ser sometido a exámenes médicos, aunque se encontraba en buen estado, anunció la presidencia.

Mandela, líder de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, «ha sido hospitalizado para someterse a exámenes», informó el gabinete del presidente Jacob Zuma, que puso el acento en que «está bien y no hay razones para inquietarse».

El propio Zuma expresó al equipo médico su «apoyo para cuidar (...) a nuestro querido presidente, fundador de una Sudáfrica libre y democrática».

Encarcelado durante 27 años por el régimen racista del apartheid fue liberado en 1990. Tres años después fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz y tan solo un año después, en 1994, fue elegido presidente de Sudáfrica en las primeras elecciones abiertas a todos los habitantes del país. Se retiró en 1999, después de un único mandato.

La última aparición pública del primer presidente negro de Sudáfrica fue en 2010, en el Mundial de Fútbol organizado por su país. Desde entonces, las ocasiones de verlo han sido reservadas a sus allegados, a jóvenes talentos que acuden a actuar para él, o como cuando se empadronó o recibió la llama del centenario de su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC).

En agosto pasado, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, almorzó con él en su pueblo natal, Qunu.

Ya en 1988, estando preso, fue ingresado por una fuerte tos contraída en la húmeda celda en la que estaba encarcelado. En aquel entonces tenía tuberculosis y los médicos le sacaron dos litros de líquido de los pulmones.

En 2001, se realizó al expresidente una radioterapia por un cáncer de próstata. Al año siguiente, Mandela declaró que estaba curado.

En enero de 2011, fue hospitalizado durante dos noches por una infección respiratoria aguda.