Seguramente la Real, que enfrentaba el derbi con una diferencia abajo de 11 puntos con respecto al Athletic, no mereció por juego y atrevimiento perder el encuentro, pero si sobre el césped hay un jugador desequilibrante y de zancada como Iñaki Williams, que cada vez que aparecía era para que el balón terminara en la red de Bardaji, entonces es difícil rascar algo. Dominaron y controlaron más el juego los donostiarras, pero al minuto 2 el goleador rojiblanco adelantaba a los suyos y a los 43, en una jugada personal de potencia, hacía el segundo. Detenía un penalti el local Remiro en la reanudación, pero acortaba distancias la Real poco después tras un error de Yeray. Se lo creían los realistas hasta que otra escapada de Williams, penalti sobre él, y hacía el tercero. Suma ya 17 dianas en 16 partidos. Brutal.

Siguió como si nada la Real en busca del gol y lo encontró en una buen gesto técnico de Bautista. Era el minuto 65, había tiempo. Pero minutos después apareció otra vez Williams para dar una asistencia de gol a Etxaburu II. Se acabó.