Asistimos a una de las muchas e intercambiables tertulias con que nos abruman, radiofónicas o televisadas, y no lo hacemos estupefactos sino muertos de risa cruzados ya ciertos rubicones en este esperpento español).

M: buenas, soy el moderador y hablaremos de lo que sea y haga falta esclavos de la actualidad a la que nos debemos pero soberanos en nuestra libre opinión en un Estado de Derecho que todos los españoles se han dado a sí mismos. Hoy me acompañan agudos y acuciosos -bonito palabro, habrá más que no entiendo pero da empaque- analistas como este, esa y aquel que, estando indispuesto, no quiere faltar a su cita con ustedes. ¿Quién quiere empezar? Tú misma, C, adelante. C: será porque soy mujer, gracias M., caballero. Bien, me gustaría decir que... B: eso es mucho decir. C: ¡pero si no he dicho nada todavía! A: estoy con B porque C se extralimita. C: si me dejáis acabar... B: ¡pero si usted no ha empezado y ya quiere acabar, qué morro! M: no habléis todos a la vez que no se os entiende (como si hasta ahora hubiera hablado Demóstenes o Cicerón). C: pues yo bien clara que he sido. B: ¡pero si no has abierto la boca! C: será porque esta boca no es mía (risas) y me interrumpís constantemente. M: tiene razón Edurne (descubrimos que se llama Edurne pero lo mismo podría llamarse Luisa), habla y dí lo que tengas que decir si no es mucho decir por aquello de donde dije digo, digo diego. C: yo lo que digo es... B: no estoy de acuerdo. M. (quemado): ¡ya vale, me voy a enfadar, aquí todos somos de la misma cuerda aunque nos llamen fatxas y parecemos verduleras! C: si me lo permitís... M. (descompuesto): ¡habla o calla para siempre, coño! C: oig, qué carácter, decía que, si me lo permitís... B: ya te ha dicho que te ha dado su venia, pedorra. C: ¡uy lo que me ha dicho! M.: no se ha oído, estamos en publicidad pero volvemos al aire. C: decía que... A: joer, pero si está todo dicho. C: ¡pero si no he dicho ni pamplona! B: tú no vas a ser más fatxa que nosotros, lista, que eres una lista. M.: lo siento, C, pero B tiene razón, siempre quieres ser más fatxa que los demás y para fatxa yo, que soy el Moderador, nos ha jodido aquí la catedrática... C: gracias M. por la reprimenda que, sin duda, merezco por lo que cobro. Y ahora, si me permitís o, dicho de otro modo, si me dejáis ya que yo no os he interrumpido a vosotros... B: ¡joer que no, es que empiezas y no acabas! C: lo que prueba que soy interrumpida, pero, si me dejáis o, por expresarme mejor, se se me otorga el uso de la palabra, diría lo que a continuación voy a decir pero, eso sí, siempre con vuestra aquiescencia que agradezco por no verme preterida, palabro que ni sé lo que significa pero el autor de estas líneas dijo que habría alguno y todavía falta un tercero, me gustaría acabar, siempre que me lo permitáis, queridos compañeros... B: ¡pero si tú no eres periodista! C: pero soy tertuliana y, si me lo permitís, apelando a vuestra eutaxia -aquí el tercer palabro prometido-, diría que, es un decir, una forma de hablar, un «no sé qué», yenesecuá, en franchute, la cuestión es que, si se me permite decirlo... eh, qué, no, moderador, modérese, ¿qué va a hacer?, conténgase, la democracia y eso, ya sabe... Uaaaahhhhh.