Gurpegi volvió ayer a entrenarse con normalidad
Clasificación, amigo Bielsa
El técnico justificó la actitud de su equipo de primar el resultado sobre el juego, a la que él mismo se sumó con el cambio de Aymeric.
Joseba VIVANCO
«Generar continuidad de resultados positivos, que es lo que fortalece a un equipo y lo que le agrega a su potencial natural la suma que la autoestima genera a cualquier grupo humano». Eran las palabras de Marcelo Bielsa como colofón a su respuesta sobre los inmediatos objetivos de su equipo tras ganar con apuros al Celta y situarse en esa indefinible tierra de nadie, a los mismos puntos del descenso que de los puestos europeos. Lo que vino a decir el argentino es que este Athletic, ahora mismito, lo que necesita es ganar partidos, sumar si es posible de tres en tres y dejar por ahora a un lado su manual de juego bonito y protagonista.
A este pragmatismo, el conductor del próximo rival de los rojiblancos lo llamaría «clasificación, amigo, clasificación», porque después de lo visto el domingo en San Mamés, se antoja que a diferencia del primer tramo liguero de la temporada pasada, el Athletic o Bielsa han pasado de buscar los buenos resultados a través del buen fútbol a tratar de llegar a ese añorado buen fútbol por medio de los buenos resultados. ¿Acaso de las ganas de ganar se ha pasado al miedo a perder? Y la cuestión en adelante es: ¿Volveremos a ver el sábado en Mallorca al equipo del segundo tiempo si consigue irse al descanso con ventaja en el marcador?
¿Por qué entró Aymeric?
El domingo, el de Rosario defendía la actitud conservadora de los suyos ante el Celta en la segunda parte porque «el rival había puesto cinco jugadores con perfil muy ofensivo, y al adaptarnos a esa circunstancia y con los antecedentes que teníamos respecto de no poder conservar ventajas que nos hubieran permitido triunfar en otros partidos, tal vez extremamos el retroceso en campo propio».
La cuestión ahora es saber si el propio entrenador compartió ese planteamiento `amarrategi' de sus jugadores o fueron estos los que de manera instintiva decidieron proteger el resultado y no volver a dejarse puntos por mantener su filosofía de defender atacando o de ser protagonistas del partido hasta el final.
A favor de que Bielsa también estaba en esa clave esta la tardanza de los cambios, pero también la incomprensión de alguno de ellos. La entrada de Toquero puede explicarse por el percance sufrido por Susaeta; la salida del campo de Ibai justo después de malgastar un buen contraataque tampoco fue argumentada de manera convincente -«Ibai no alcanzó a estar mermado, pero intuí que podía ir bajando las prestaciones»-; y la de Aymeric en el minuto 90 solo tiene una explicación: perder tiempo, recurso que debe figurar en el catálogo de `mezquindades' futbolísticas de la filosofía bielsista.
El argentino hizo debutar en liga al juvenil con cuatro minutos de descuento por delante y reconociendo después que «Aymeric entró por Amorebieta, Amorebieta por Ekiza, Ekiza por Ramalho, Ramalho por De Marcos y De Marcos por Herrera. Tantas modificaciones generan un poco de duda en un partido que defensivamente, si bien recuperábamos cerca de nuestro marco, no estábamos recibiendo ocasiones de gol». Es decir, que no aclaró nada y la única explicación es que lo hizo para perder tiempo y amarrar el marcador. Clasificación, amigo.
Aumenta la competencia
Pero más allá de las interrogantes que rodean al Athletic de este curso, el día a día rojiblanco no se detiene y ayer, en Lezama, el capitán Carlos Gurpegi se entrenó ya con total normalidad tras perderse los últimos cinco partidos. Regreso del navarro que alimenta la elevada competencia de esta campaña, pues Ekiza lo está haciendo bien, Ramalho amerita al puesto de Iraola, Ibai ha enviado temporalmente a Muniain a la banqueta y San José hace méritos.