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RUGIDOS ROJIBLANCOS

¿Regreso al pasado?

Gontzal FRESNO ASTORKI Socio y autor del blog aquihayzarpazo.com

Se trataba de ganar, de obtener los tres puntos, de poner cierta distancia con respecto a las posiciones de descenso. Y se consiguió. De manera sufrida, trabajada, sin brillo, con un fútbol trabado, aburrido, más propio de otra época. Pero se consiguió. No es poco para una entidad que en verano decidió tomarse en el sentido más literal aquello de vivir a lo loco.

El Athletic, con todo, sigue en estado crítico. Porque la victoria de ayer estuvo, de nuevo, sostenida por Aduriz, el líder de este equipo en el campo, al que tocó luchar, hacerse sitio y transformar en gol uno de los pocos balones en condiciones que le sirvieron. Casi todos ellos, por no decir todos, provinieron de la banda izquierda, donde Ibai, que a pesar de haber desterrado a Isma López de la lista de posibilidades para esa posición, tampoco está para grandes alardes. Eso sí, el de Santutxu lo intenta y siempre tiene la intensidad como tarjeta de presentación, que en este equipo siempre, pero más ahora, es un activo a tener en cuenta.

Y lo es porque de la intensidad, de la velocidad, de la insistencia constante para el ataque del que este equipo hizo bandera la pasada temporada, no queda ni muestra. Susaeta y de Marcos, artífices en gran medida de la ingente producción ofensiva del pasado, continúan desaparecidos, sin descaro, sin chispa, con unos niveles de acierto poco aceptables incluso para ellos. Algo parecido sucede con Amorebieta. Un jugador internacional, aunque sea con Venezuela, que aspira a un contrato a largo plazo a cambio de una ficha descomunal, no puede salir al terreno de juego como lo hizo el nacido en Cantaura en la primera parte.

Y así discurrió la tarde, con más pena que gloria, con más puntos que fútbol, como un regreso a un pasado reciente, a un fútbol de buzo, pico y pala, como si lo de hace un año hubiese sido un episodio aislado. O un sueño que acabó en pesadilla. Acudí a San Mamés tras semanas de ausencia y pude constatar que la sensación de desencanto está más que extendida. El público acudió en masa, como casi siempre, pero no espera ya grandes alegrías en esta campaña.