Belén MARTÍNEZ Analista social
«Body sushi» not a Japanese tradition
Con motivo de la celebración de la novena edición del Cook & Fashion, un evento en el que se combina moda con gastronomía, la organización escogía un ritual de origen nipón llamado «Nyotaimori» («presentación en el cuerpo de una mujer»). Para la ocasión, sobre el cuerpo de una modelo adornada con lencería fina se ofrecía una representación de la oferta culinaria incluida en el acto que tendría lugar en el Museo Balenciaga de Getaria.
Según la leyenda, esta práctica habría sido creada tras la guerra por los yakuza, que en sus fiestas privadas se proveían de jóvenes geishas «vírgenes» totalmente desnudas y tumbadas sobre una mesa. Sus cuerpos cubiertos de sashimi, sushi, gyozas y otras delicias japonesas estimulaban el apetito y la libido de importantes hombres de negocios. Para ellos, el ágape erótico era un modo de expresar su dominio y su poder. Para ellas era el «gaman», una forma de mostrar su capacidad para soportar y resistir estoicamente comentarios, miradas y gestos humillantes y marcadamente sexistas...
Seguramente, las personas responsables de la campaña justificarán la performance y tratarán de quitarle hierro al asunto apelando a la libertad de creación, al glamour y al espectáculo. Sin embargo, me pregunto por qué la mayor parte de las estrategias de comunicación y propaganda comercial insisten en seguir representando y exponiendo cuerpos estereotipados de mujeres como objetos de placer ofrecidos a todas las miradas. ¿Tiene sentido emular un hábito cuestionable, por clasista y sexista, para vender tempuras de verduras, txitxarros confitados, pimientos verdes y txakoli de la tierra?