El SPD cierra filas en torno a su candidato a canciller, Peer Steinbrück
El Partido Socialdemócrata de Alemania celebró el domingo un congreso extraordinario para nombrar a Peer Steinbrück candidato a canciller. El político, que intentó reconciliarse con su partido, aspira a acabar con el Gobierno de Merkel con la ayuda de los Verdes.
Ingo NIEBEL | COLONIA
La canciller Angela Merkel es la política que más simpatías despierta en Alemania. Fuera, en cambio, sobre todo en países como Grecia, es, tal vez, la más odiada por haber dejado su impronta en los recortes decretados por Bruselas. Junto a Merkel, Peer Steinbrück representa la otra cara de una política basada en los recortes. Gracias a su gestión, los alemanes han visto cómo sus salarios han crecido en menor escala en comparación con los de los países vecinos. Las leyes alemanas y la creación de miles y miles de «minijobs» -remunerados con un máximo de 450 euros mensuales libres de impuestos y de cotizaciones-, han hecho obtener a la economía e industria alemanas una ventaja competitiva tal que se han puesto por delante de sus rivales europeos. Pero, los perjudicados son todos los trabajadores europeos sin carné teutón, bien porque su dinero se va de alguna forma para Alemania o bien porque pierden su puesto de trabajo por falta de competitividad de su empresa.
En este escenario, hace falta ser miembro del SPD para creerle a Steinbrück cuando habla de «justicia social». La muy popular ministro-presidenta de Renania del Norte Westfalia, Hannelore Kraft, tuvo el honor o la obligación de abrir este congreso extraordinario, que debía ratificar la decisión que, sorpresivamente y sin consultar, tomó la cúpula del SPD meses atrás.
En una entrevista concedida al diario «Leipziger Zeitung», Kraft defendió los altos sueldos que percibe su compañero de partido alegando que «quien gana bien, está en mejores condiciones para comprometerse con su país por aquellos que no ganan tanto».
De esa forma se refirió al hecho de que Steinbrück ocupe, especialmente desde su nombramiento, un sitio destacado en la prensa alemana por sus altos ingresos como conferencista y escritor de libros.
El diputado del Bundestag, que por esta condición ya gana unos 7.000 euros mensuales en concepto de sueldo, recibió esta misma suma y hasta 25.000 euros por impartir conferencias ante grandes bancos, empresas multinacionales e, incluso, por asistir a un evento como invitado de una firma de propiedad municipal. Las cifras levantaron ampollas ya que, por lo general, los honorarios para académicos suelen rondar entre los 100 y 500 euros, como mucho.
Ante la presión mediática que generó el caso, Steinbrück se vio obligado a publicar este tipo de ingresos en Internet. Desde que dejó el bipartito con la CDU de Merkel en 2009, ha ganado unos 1,2 millones de euros, debidamente declarados ante Hacienda, eso sí. Pero este aire de millonario no casa muy bien con la imagen que en Alemania se tiene de un militante socialdemócrata. Tampoco le beneficia en nada su escasa diplomacia cuando algo no es de su completo agrado.
Así las cosas, los delegados del SPD se han visto obligados a redoblar sus esfuerzos para intentar trasladar otra imagen que, en definitiva, les posibilite ganar las elecciones en setiembre.
Steinbrück también intentó mostrar su mejor cara, estrechando la mano de aquellos sectores internos del partido que todavía no le han perdonado la política antisocial que encabezó durante el bipartito rojiverde de Gerhard Schröder (1998-2005). Al final, 93 de 100 delegados aprobaron su nombramiento como candidato a canciller, sellando de este modo la paz.
La prensa alemana, blanco de los ataques de Steinbrück, reaccionó con cierta sorna porque el candidato tuvo que presentarse como «la conciencia social» del SPD. Años atrás, llegó a calificar la política social como una tarea para «mamones». Ahora, su partido le ha obligado a ser «mamón» porque es el único tema donde puede presentarse como una alternativa a Merkel.
Parece que los medios de comunicación han dado por zanjadas las informaciones sobre los suculentos honorarios de Steinbrück. Pero, será por poco tiempo porque el SPD siempre tiende hacia la autodestrucción cuando las cosas no le van bien.
La CDU sigue teniendo 10 puntos de ventaja. El SPD solo podrá formar gobierno con los Verdes si el Partido Liberaldemocrático (FDP) y el Partido Pirata se quedan fuera del hemiciclo, según los sondeos. Die Linke se mantiene en siete puntos.
La CDU puede seguir soñando con ser el partido mayoritario. Sin el FDP, Merkel podría repetir la «gran coalición» con el SPD o arriesgar con un insólito bipartito con los Verdes. Y, además, cuenta con el aval del electorado, que piensa que la CDU tiene mejor capacidad para gestionar la política.