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Crisis política en Italia

El anuncio de Monti socava aún más las economías italiana y española

Italia, y toda Europa, amaneció ayer con el temor a una nueva tormenta financiera tras el impacto en los mercados de los recientes anuncios de Mario Monti y Silvio Berlusconi. El Estado español advertía del riesgo de «contagio inmediato» de las dudas sobre la inestabilidad política italiana.

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GARA | ROMA

El anuncio de la dimisión «irrevocable» realizado el sábado por el primer ministro italiano, Mario Monti, después de que Silvio Berlusconi confirmara su regreso a la política activa provocó un auténtico terremoto en los mercados europeos al hacer revivir en Italia, tal y como los economistas esperaban, el recuerdo de los peores momentos de la crisis del euro y el fantasma del contagio en todo el continente, pero sobre todo en el Estado español. La incertidumbre institucional italiana fue mal recibida por los mercados, las bolsas volvieron a vivir una jornada de pánico y las primas de riesgo italiana y española sufrieron una fuerte presión al alza.

Monti afirmó ayer en Oslo que no hay que «hacer un drama» por la esperada reacción negativa de los mercados a su decisión de dimitir una vez aprobados los Presupuestos y se mostró convencido de que, tras las elecciones anticipadas, habrá un Gobierno responsable que estará en sintonía con los esfuerzos realizados hasta ahora por Italia en los que respecta al equilibrio presupuestario y las reformas estructurales.

El primer ministro -cuyo trabajo destacaron las instituciones comunitarias, que insistieron en que «no hay alternativa a lo que está haciendo Monti»- quiso lanzar un mensaje de tranquilidad y sostuvo que su gabinete sigue a cargo del Ejecutivo italiano y que lo seguirá estando hasta que sea elegido el nuevo Gobierno.

«Los mercados no deben temer un vacío de poder», subrayó.

Sin embargo, los analistas consideran que el trabajo realizado en el último año para recuperar la reputación del Ejecutivo italiano se ha perdido y que el adelanto electoral conlleva el mensaje de que los políticos italianos «no son de fiar». «Era cuestión de tiempo», aseguran, haciendo hincapié en el crecimiento económico «muy pobre» del país.

La Bolsa de Milán concluyó la jornada con una caída del 2,2%, hasta los 15.345 puntos, aunque durante la sesión llegó a registrar descensos superiores al 3,5%. La prima de riesgo de Italia llegó a dispararse por encima de los 360 puntos, aunque al final cerró en los 351 puntos básicos, frente a los 323 que registró en la sesión previa. De esta manera, el diferencial del bono italiano, que llegó a alcanzar los 323,6 puntos básicos durante la jornada, repuntaba al inicio de la semana hasta niveles que no registraba desde mediados de noviembre.

El anuncio de Monti, a quien los mercados consideraban una garantía de estabilidad para Italia, provocó un repunte de la desconfianza sobre la deuda de los países europeos en dificultad.

Más allá de la incertidumbre en torno a la crisis política en Italia y la estabilidad en el país, la situación sembró dudas sobre la economía española, aquejada por la recesión y un elevado déficit público tras varios meses sometida a la supervisión de los mercados, que consideran probable que Madrid recurra al «rescate europeo».

Arrastrada por la caída del mercado italiano, la prima de riesgo española llegó a subir hasta los 440 puntos básicos durante la jornada, aunque se relajó coincidiendo con la apertura con ligeras alzas de Wall Street. Al cierre subió 10 puntos básicos, hasta 426. La Bolsa de Madrid cayó de forma brusca antes de cerrar con un moderado 0,56%.

El ministro español de Economía, Luis de Guindos, dijo que el Gobierno español «está estudiando» recurrir al rescate europeo, sin precisar nada más, y añadiendo que «la mitad» de la prima por riesgo se debe no a la situación española sino a «las dudas sobre el futuro del euro».

Advirtió de que «cuando surgen dudas sobre la estabilidad de un país próximo como Italia, al que también se percibe como vulnerable, inmediatamente nos contagia» e indicó que «la ayuda que necesita España es que se eliminen las incertidumbres sobre el futuro del euro, sobre la irreversibilidad» de la moneda común europea, lo que haría, a su juicio, «mucho más fácil» la situación de financiación en los mercados del Estado español.

En similares términos se expresó su homólogo de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien dijo que cuando los problemas de un país contagian a otros, «conviene enfatizar la importancia de tener un escudo común: un proyecto europeo que no dará marcha atrás por mucho que insistan en que está en su término».

«Tiene sentido decir que una parte de lo que sucede en España es debido al contagio», apuntó a AFP José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Según él, hasta podría sacar partido de turbulencias en Italia para retrasar todavía su petición. «Lo normal sería que España espere hasta las elecciones en Italia. Entonces, la recesión en Europa se habrá agravado, particularmente en Alemania, y las exigencias hacia España en materia de rigor presupuestario serán menores», estimó.

Tras llegar a finales de julio a sus niveles históricos de más de 600 puntos, la prima de riesgo española ha experimentado cierta relajación estabilizándose en torno a los 400.

Elecciones anticipadas bajo la sombra de Berlusconi

El primer ministro italiano, Mario Monti, defendió ayer su decisión de dimitir de forma irrevocable después de que su Gobierno perdiera el respaldo del Pueblo de la Libertad (PdL) de Silvio Berlusconi, pero parece no haber decidido si se presentará a las próximas elecciones, mientras aumentan las voces que le piden que entre en la pugna electoral.

Hasta ahora se había barajado marzo o abril como fecha para los comicios legislativos, pero tras el anuncio de Monti las fechas más probables son el 17 o el 24 de febrero, dependiendo de la disolución del Parlamento.

El diario «Il Corriere della Sera» informó de que en privado Monti no descarta a concurrir a los comicios, aunque en público dice que por ahora no contempla hacerlo al tiempo que advierte de los riesgos de «regurgitaciones del populismo», en clara referencia a Berlusconi, quien tras varios meses amagando sobre su regreso a la política activa el sábado confirmó, parece que de forma definitiva, que será el candidato del PdL a la Jefatura del Gobierno.

Monti podría irrumpir en la batalla electoral -para las legislativas o también para sustituir al presidente, Giorgio Napolitano, cuyo mandato concluye en mayo-, impulsado por los centristas, la clase empresarial y el Vaticano, aunque su imagen en Italia se ha visto deteriorada en los últimos meses debido a las reformas, a pesar de su reputación internacional como «salvador de Italia».

Sin embargo, a pesar de cierta inestabilidad social provocada por la recesión, el desempleo y la subida de impuestos, una encuesta de instituto Ipso de finales de noviembre daba a Monti en torno al 30% de los votos en caso de presentarse, el mismo porcentaje que los últimos sondeos otorgan al eventual vencedor, el candidato de centroizquierda Pierluigi Bersani, líder del Partido Democrático (PD) y principal rival de Berlusconi.

De cara a los comicios, Il Cavalieri ha comenzado a hacer gestiones para recuperar su tradicional alianza con la ultraderechista Liga Norte, que se había enfriado en los últimos tiempos, una colaboración que Berlusconi da por segura. No obstante, sus posibilidades de victoria parecen ser escasas ya que no tiene ni el carisma ni los apoyos con los que se presentó hace cuatro lustros. Las últimas encuestas daban a su partido, que está al borde de la escisión entre moderados y derechistas, menos del 14% en intención de voto, eso sí antes de que él se postulara como candidato.

Ayer Berlusconi, que sigue teniendo varias causas pendientes en los tribunales, calificó de «ofensivas» -no tanto para él como para el conjunto de italianos-, «excitadas» y «fuera de lugar» las reacciones de algunos políticos europeos y periódicos internacionales que tacharon de «amenaza» para Italia y para toda Europa su vuelta a la política.

De lo que no hay duda es de que contaminará la campaña con un discurso populista con el que, además de sus ataques a Mario Monti, Angela Merkel y la Europa del euro, es muy probable que recurra a la «amenaza comunista» -Bersani es un veterano del Partido Comunista italiano- para meter miedo a los indecisos que hubieran votado al PD en el caso de que el vencedor en las primarias que ganó Bersani hubiera sido el joven alcalde de Florencia, Matteo Renzi.

En cualquier caso, Bersani sigue encabezando los sondeos, aunque los movimientos de Berlusconi y Monti pueden complicarle la victoria. Se ha comprometido a continuar con las reformas iniciadas por Monti, cuya dimisión tachó de «acto de dignidad» frente a la «irresponsabilidad de la derecha». Pero estimó que lo «mejor» es que el primer ministro se mantenga al margen de la batalla electoral, arguyendo que «todavía puede ser útil» al país, lo que algunos han interpretado como un eventual respaldo a su postulación a la Presidencia o la posibilidad de que sea el futuro ministro de Economía.

Según las últimas encuestas, el PdL no solo no ganará en febrero sino que será superado además de por el PD también por el Movimiento 5 Estrellas, del cómico y bloguero Beppe Grillo, al que dan un 21,5% en intención de voto, convirtiéndole en segunda fuerza tras haber ganado en los comicios locales de Sicilia. Grillo ha logrado aglutinar a los desencantados con la política, con un discurso contra las injusticias, el euro, las intervenciones militares y los privilegios de la clase política. GARA

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