Un experto en Derecho Financiero cree ejemplar el impuesto sobre la riqueza
El catedrático Ismael Jiménez Compaired afirma que las modificaciones fiscales introducidas en los últimos años han «descafeinado» el Impuesto sobre el Patrimonio, por lo que defiende la implantación del tributo diseñado en Gipuzkoa y que se someterá hoy a votación.
Iraia OIARZABAL | DONOSTIA
A pesar de la polémica que ha suscitado en los territorios vecinos, el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas diseñado por la Diputación de Gipuzkoa y que se someterá hoy a votación en las Juntas Generales va sumando apoyos. El experto en Derecho Financiero y catedrático de la Universidad de Zaragoza, Ismael Jiménez Compaired, explicó a GARA que el impuesto sobre la riqueza le causa «buena impresión», ya que con las numerosas modificaciones fiscales introducidas en los últimos años el Impuesto sobre el Patrimonio «se descafeinó mucho».
Considera que con ese impuesto «solo terminaban pagando los que se planificaban mal» debido a las diferentes vías que dejaba abiertas para la elusión. Afirma que a través de diferentes beneficios fiscales «la propia ley permitía no pagar o pagar menos», de manera que resultaba difícil redistribuir la riqueza de una manera equitativa.
Con el nuevo impuesto sobre la riqueza, se genera una mayor recaudación debido a la ampliación de las bases del impuesto y, por lo tanto, aquellos que hasta ahora se beneficiaban de diferentes aspectos o exenciones del Impuesto de Patrimonio tendrán que declarar por los bienes que acumulan. Explica Jiménez Compaired que con el nuevo tributo «hay determinados conceptos que prácticamente quedaban excluidos del Impuesto sobre el Patrimonio que ahora pasan a tributar cuando menos en un 25%», en referencia a los bienes relacionados con actividades empresariales.
El catedrático hace hincapié en otro de los aspectos novedosos del nuevo impuesto, y que no es otro que la eliminación del «escudo fiscal». En su opinión, este elemento «cercena mucho la posibilidad de recaudar sobre grandes fortunas», por ello ve positivo eliminar el límite establecido en la cuota conjunta a pagar por el IRPF y el Impuesto de Patrimonio, hasta ahora en un 60%. La Diputación cree que esta medida permitirá que grandes fortunas que utilizan su patrimonio para fines no productivos, ahora paguen impuestos.
Al respecto, adelanta que «se escucharán voces contrarias que le imputarán atentado contra el principio de no confiscatoriedad»; en cualquier caso, cree que la bajada de las tarifas sobre la del Impuesto de Patrimonio es un elemento a su favor.
Un caramelo a los trabajadores
«La Diputación foral reconduce el viejo Impuesto sobre el Patrimonio, enderezándolo hacia la progresividad», sostiene Jiménez Compaired. En este sentido, confía en que medidas como esta sirvan para otorgar «algún caramelo a la clase trabajadora, que termina siendo la que sostiene el sistema fiscal».
Añade que iniciativas como esta «compensan un poco medidas de signo ideológico totalmente contrario a las que venimos asistiendo desde hace muchísimo años» y que - según apunta- se traducen en tratamientos de las tarifas del IRPF, del IVA o gravando bienes y servicios de primera necesidad. «Eso no permite redistribuir la riqueza», sentencia.
En su opinión todos esos recargos que ahora caen sobre la clase trabajadora deberían dirigirse a aquellos que más tienen, dando un giro en la filosofía de financiación de los servicios públicos.
Jiménez Compaired resalta los beneficios que el nuevo impuesto tendrá de cara a redistribuir la riqueza y añade que tendrá un impacto recaudatorio «muy importante» que se calcula en torno a 10 millones de euros más.
«La Diputación foral reconduce el viejo Impuesto sobre el Patrimono, enderezándolo hacia la progresividad» -afirma el catedrático- ya que extiende la carga contributiva a colectivos que la habían ido eludiendo.
El experto en Derecho Financiero afirma que con el Impuesto de Patrimonio «solo terminaban pagando los que se planificaban mal» porque «la propia ley permitía no pagar o pagar menos».
Las diputaciones de Araba y Bizkaia aprobaron ayer sus repectivos proyectos del Impuesto de Patrimonio, y ahora serán remitidos y debatidos en las juntas generales de ambos territorios. El portavoz de la Diputación vizcaina, Juan María Aburto, informó que el nuevo Impuesto de Patrimonio tiene como objetivo «conseguir un sistema tributario más justo, progresivo y equitativo». El nuevo tributo entrará en vigor en 2013 y permitirá elevar la recaudación en 20 millones, afirmó Aburto. El impuesto establece un mínimo exento de 800.000 euros y fija una tarifa máxima del 2% para los contribuyentes con mayores ingresos.
El diputado general de Araba, Javier De Andrés, informó que espera recaudar unos 15 millones de euros por parte de 1.500 contribuyentes. El proyecto de norma foral mantiene el límite exento en 800.000 euros y la exención por vivienda habitual en 400.000 euros. Además, plantea mantener el «escudo fiscal». Afirmó que es un impuesto «mucho más amable» y «más legal» que el de Gipuzkoa. GARA