Uno de los puntos negativos de la Real la temporada pasada se llama Granada o Los Cármenes. Oír hablar de esa ciudad o estadio trae por la calle de la amargura a los jugadores blanquiazules que siguen en la plantilla desde aquella campaña.

Dos encuentros tuvo que jugar el conjunto donostiarra en dicho campo, y en ambos volvió a casa con una derrota bajo el brazo. La primera de ellas se produjo en Copa, en la vuelta de los dieciseisavos de final, duelo en el que la Real partía con ventaja. Sin embargo, aquel 21 de diciembre de 2011, el Granada pasó por encima y se llevó la victoria por 2-1. Los granadinos sacaron los colores a los guipuzcoanos, aunque quedaron eliminados de la competición.

Dos meses después podía haber llegado la revancha, esta vez en Liga. La Real se adelantaba en el marcador, pero solo dos minutos después los locales empataban la contienda. Illarramendi fue expulsado antes del descanso, y en la segunda parte el Granada marcó otros tres tantos, dejando el 4-1 en el luminoso.

Casi diez meses después de aquel vergonzante resultado, el propio Asier Illarramendi recordó la pesadilla. «El año pasado jugué allí y para el descanso dejé al equipo con diez, con empate en el marcador y perdimos 4-1. Está claro que no me trae buenos recuerdos», admitió.

Y esa misma sensación tiene Alberto de la Bella, uno de los protagonistas del último encuentro ante el Getafe al dar la asistencia del gol del empate a Carlos Martínez. El lateral izquierdo señaló tener un «mal recuerdo del año pasado», aunque agregó que «este año es diferente, vamos con muchas ganas y en una línea muy buena».

Un Granada a la deriva

Por unas cosas o por otras, los blanquiazules no van a tener una perita en dulce. En esta ocasión, el equipo granadino se encuentra en una delicada situación, lo que tiene al técnico Anquela en la cuerda floja. Además, los problemas extradeportivos han creado cierta controversia en el club, ya que uno de sus jugadores cedidos por el Udinese, el delantero italiano Antonio Floro Flores, abandonará el Granada «de forma inminente», antes incluso de que se abra el mercado invernal.

El atacante fue castigado hace un par de semanas por el Granada tras marcharse a esquiar a la estación de Sierra Nevada mientras su equipo jugaba un partido liguero ante el Espanyol.

La última medida que ha decidido tomar el club para intentar sobreponerse a esta mala racha ha sido concentrar a la plantilla en Alhaurín de la Torre (Málaga) antes de enfrentarse a la Real.

Por todo ello, Illarramendi dejó claro que para los granadinos el partido del sábado «es una final» y que «estarán nerviosos». También advirtió de que «es un estadio difícil para la Real y la grada apretará mucho».

En su objetivo de seguir la buena racha, De la Bella recalcó que «sería importante empezar bien, que vean una Real Sociedad implicada, intensa, robando balones en su propio campo».

El defensa catalán también habló del último encuentro de Liga ante el Getafe en Anoeta. Admitió que «nos dio mucha rabia que en el minuto 85 el Getafe marcara». Sin embargo, «el equipo tuvo intensidad para intentar remontar el partido. Y la verdad es que feliz por eso, porque lo conseguimos y compensa ese trabajo que hicimos».

En este sentido, se refirió a su asistencia de gol: «Me está tocando participar en el juego de ataque y estoy contento. Dice mucho de este equipo, que todos atacan y todos defienden. Creo que no merecíamos perder y el gol de `Charly' (Carlos Martínez) nos dio el empate y nos dio un poco de alegría después del esfuerzo que habíamos hecho durante todo el partido».

Así las cosas, y antes de viajar a Granada, recalcó que «la Real está en un momento muy dulce y lo tiene que aprovechar».