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CRíTICA: «El chef, la receta de la felicidad»
La cocina que pocos prueban y de la que muchos se ríen
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Mikel INSAUSTI
El cine que quiere llegar al gran público se ríe de la cocina evolutiva, por la sencilla razón de que está al alcance de muy pocos bolsillos y es para minorías. Pero tampoco creo que la realidad culinaria que nos ha traído la crisis sea la que muestran Ramsay o Chicote en el programa televisivo «Pesadilla en la cocina», porque de ser así nadie se atrevería a comer fuera de casa, ante el temor de ser atracado o de ser envenenado, según el caso. Entre tanto la comedia gastronómica está a la orden del día, pero detrás del fenómeno intuyo una risa nerviosa provocada por el fantasma del hambre que empieza a sobrevolar la vieja Europa sumida en plagas medievales.
La prueba de que las despensas no andan muy boyantes es que el humor francófono de los años 60 y 70, cuando sólo existía la haute cuisine, vale también para los tiempos actuales de «poco en el plato y mucho en la cuenta». Daniel Cohen rinde homenaje a Louis de Funes en «Comme un chef», recordando su genial uso del disfraz en «El gran restaurante», así como su avanzada sátira de la cocina industrial en «Muslo o pechuga», que ahora se traslada a la llamada cocina molecular o de laboratorio. De tal suerte que el nuevo mito del nitrógeno líquido es ridiculizado mediante una caricatura de Ferran Adriá a la que Santiago Segura no acierta a sacar partido, tal vez confundido por su participación televisiva y transformista en «Tu cara me suena». A falta de parecidos razonables, recurre a una broma a cuenta de Martín Berasategui y sus problemas para sobrevivir a la modernidad.
La nada casual referencia también va por el lado de su denuncia frente a los cocineros protegidos por grandes multinacionales alimentarias. Aquí le toca a Jean Reno enfrentarse a ellos, y para mostrarse independiente se inspira en el chef Olivier Roellinger, quien renunció a la estrellas Michelín para retirarse a un bistró de provincias. Le sustituye en su antiguo puesto un nuevo mago de los fogones representado por Michaël Youn, en su vuelta a la pasión por el producto y los sabores no enmascarados.