La apertura a los pacientes del Centro de Alta Resolución (CAR) de Gernika, que ofrecerá en el futuro servicios hospitalarios a excepción del ingreso en planta, estuvo marcado por varias protestas en las que participaron agentes políticos, sociales y sindicales de Busturialdea.

Había motivos para la queja, ya que a punto de cumplirse siete años de la colocación de la primera piedra -con una paralización de las obras en 2008 por la quiebra de la constructora-, el nuevo equipamiento sanitario abre sus puertas sin equipar sus cuatro quirófanos y sin dar el servicio de Urgencias.

Las movilizaciones fueron, por mucho que se adujesen «motivos de agenda imprevistos» por Lakua, la causa de que se suspendiese la visita oficial del director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Eduardo Garate, y de Santiago Rabanal, responsable del Hospital de Usansolo-Galdakao, del que depende el CAR de Gernika.

Por un lado se concentraron ELA, LAB, UGT, CCOO, SATSE y ESK para denunciar que el proyecto de un «hospital» que atienda a Busturialdea y Lea Artibai «se ha quedado en un simple traslado de consultas» por ahora. Insistieron en que la apertura de ayer no supone más que el traslado al nuevo edificio del barrio de Errenteria de la actividad de las consultas de asistencia especializada que hasta ahora se venía efectuando en el ambulatorio de Gernika, con personal de Usansolo.

Hospital «con camas»

Pero los sindicatos no fueron los únicos que se reunieron ante el CAR, también lo hicieron Bildu, EHNE-Bizkaia y otros colectivos ciudadanos en una protesta en la que que recordaron la reivindicación de que el de la villa foral sea «un hospital de verdad», que cuente con camas para el ingreso en planta, algo que los gobiernos de Ibarretxe y López no contemplaron.

El CAR evitará, según las previsiones del Ejecutivo autonómico, unos 80.000 desplazamientos anuales al Hospital de Usansolo-Galdakao por parte de los 70.000 habitantes de Busturialdea y Lea Artibai. Además, cuando esté plenamente operativo reducirá el tiempo de acceso a servicios sanitarios, incluidas las urgencias, y extenderá la hospitalización a domicilio a 180 personas. Las previsiones de actividad anual son de unas 1.700 operaciones, 60.000 consultas con especialistas complementarias, 2.300 sesiones de hemodiálisis y 19.000 urgencias.