La oposición egipcia acata el referéndum y pide frenar la Constitución en las urnas
El Frente Nacional de Salvación egipcio, principal grupo opositor al Gobierno de Mohamed Morsi, llama a rechazar la Constitución en el referéndum que tendrá lugar el sábado. Tras varios días debatiendo si participar o boicotear la consulta, el bloque liderado por Mohamed El Baradei tratará de plantar batalla en las urnas. Para ello exige supervisión judicial y una única jornada de votación. Dos condiciones que dependen ahora de los magistrados.
Alberto PRADILLA | EL CAIRO
Tras una semana deshojando la margarita, la oposición egipcia unida en torno al Frente Nacional de Salvación anunció ayer su decisión de participar en el referéndum previsto para el sábado. La gran coalición que une a izquierdistas, liberales, nasseristas e incluso antiguos miembros del régimen de Hosni Mubarak llamó a votar «no» e intentará tumbar la Constitución en las urnas, tal y como anunció ayer Hussein Abdel-Ghani, portavoz de la plataforma opositora. Como viene siendo habitual, no todo es tan sencillo. Los detractores de Mohamed Morsi exigen ahora que la consulta se realice en un solo día y bajo la supervisión de la Justicia. Unas condiciones que llegan exactamente la misma jornada en el que la Comisión Electoral anunció que el plebiscito se dividirá en dos sábados (15 y 22 de diciembre) y 24 horas después de que el Club de Jueces, la asociación mayoritaria de la magistratura, declarase su boicot al proceso.
El nuevo giro político pone la pelota en manos de los jueces. Porque la decisión de celebrar el referéndum en dos jornadas en lugar de en una estaba motivada por la falta de magistrados dispuestos a supervisarlo. En total, se necesitan 13.000 togados y, según la Comisión Electoral, por ahora solo están disponibles unos 9.000. Así que está en sus manos que se cumpla la primera de las exigencias opositoras para participar en las urnas. Ayer, en la sede del Club de Jueces, ubicada en el centro de El Cairo, había mutismo absoluto. «No creo que los magistrados debamos hablar con la prensa», fue la única contestación que podía obtenerse.
Siguen las marchas
El «sí» condicionado a acudir a las urnas (decidido a última hora ya que también hay voces que rechazan tomar parte porque significa legitimar el proceso) no ha paralizado las protestas. Tahrir pervive como territorio liberado para las tiendas de campaña y en las inmediaciones del palacio presidencial todavía hay grupos de activistas. Fuentes de estos jóvenes indicaban ayer que están previstas nuevas marchas para mañana, apenas 24 horas antes de que se inicien las votaciones. Pese a que el Frente de Salvación agrupa a una heterogénea masa de partidos, sus opiniones no influyen en los activistas, que no se sienten representados por dirigentes como Amr Musa, que ejerció como ministro de Exteriores con Mubarak y ahora forma parte del triunvirato opositor junto a Mohamed El Baradei y Hamdeen Sabahi.
Con la batalla ahora en el terreno electoral, ambos sectores juegan sus bazas. El último movimiento de Mohamed Morsi ha sido paralizar el crédito que había solicitado semanas antes al Fondo Monetario Internacional. Como es habitual, los préstamos de la institución vienen con letra pequeña y, en este caso, incluían la obligación de subir los impuestos a bienes como el tabaco, la cerveza o la gasolina y servicios como la publicidad. Un paquete de medidas muy impopular que, tras comprobar cómo se encendían los ánimos y que cada voto puede ser decisivo, optó por echar atrás. A cuatro días para un cita con las urnas crucial no parecía una buena estrategia cargar las tintas sobre la capacidad adquisitiva de la población. Especialmente, cuando los Hermanos Musulmanes concentran su gran caladero de votos en las zonas más desfavorecidas.
Pese a que los opositores siguen apelando a la suspensión del referéndum, este tendrá lugar salvo giro de última hora. El cara a cara pasará de las calles al recuento de los votos.
La reunión convocada por el ministro de Defensa para abordar un diálogo entre gobierno, oposición y grupos sociales fue suspendida debido a la escasa asistencia, según informaron fuentes militares.
Los egipcios en el extranjero ya han comenzado a votar en el referéndum. Estaba previsto que lo hiciesen el sábado pasado pero el boicot de 200 diplomáticos retrasó la apertura de las urnas hasta ayer.
«Mi hermano no era opositor ni miembro de los Hermanos Musulmanes. Sin embargo, alguien le disparó en la cabeza y ahora está muerto». Así se explicaba ayer el hermano de Mohamed Sanussi, una de las víctimas de los enfrentamientos del pasado miércoles, en una conferencia de prensa celebrada en el sindicato de periodistas. Según indicó el joven, su hermano había salido de trabajar y se dirigía hacia casa por el barrio de Heliópolis cuando se encontró con los disturbios. «Vio a alguien en el suelo y, como cualquier ser humano, intentó ayudarle», relató. «Primero le dispararon en la mano y, posteriormente, en la cabeza». El joven denunció a su vez que los Hermanos Musulmanes habían intentado reclamar a la víctima como si fuese uno de sus simpatizantes. «Cuando les dijimos que no comenzaron a decir que había cobrado dinero por provocar los incidentes. ¡Eso es mentira», afirmó, tras preguntarse «quién va a traer la justicia» por su asesinato.
Una semana después de los choques, (que dejaron ocho muertos, ya que ayer se hizo público el fallecimiento del periodista Hussein Al Deif, que permanecía en coma desde entonces), siguen sin aclararse muchos aspectos de la refriega. Ayer, víctimas pertenecientes al bando opositor relataron los golpes sufridos en el interior del propio palacio presidencial, donde fueron conducidos por miembros de la cofradía religiosa apoyados por la Policía. Entre ellos se encontraba Rami Sabr, miembro del Partido Socialista, que ha denunciado haber sido torturado e interrogado por islamistas en el interior de la sede gubernamental. . Alberto PRADILLA
