GARA > Idatzia > Mundua

Catalunya aboga por la desobediencia a la reforma educativa de Wert

El Palau de la Generalitat acogió ayer una reunión entre todos los partidos políticos catalanes, a excepción del PP y Ciutadans, en la que hicieron frente común contra la reforma educativa propuesta por el Gobierno español, que compromete gravemente el modelo de inmersión lingüística. Las cinco formaciones acordaron seguir aplicando la ley catalana si el proyecto impulsado por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, acaba aprobándose en el Congreso.

p032_f01-199x132.jpg

Beñat ZALDUA | BARCELONA

Cinco formaciones catalanas -CIU, ERC, PSC, ICV-EUiA, y finalmente también la CUP- celebraron ayer una «cumbre» sobre el modelo educativo catalán, con el objetivo de cerrar filas entorno al modelo de inmersión lingüística, gravemente amenazado por el borrador de la reforma educativa planteada por el ministro español de Educación, José Ignacio Wert.

Las cinco fuerzas reunidas en el Palau de la Generalitat, que en conjunto cuentan con 107 diputados en un Parlament de 135 escaños -casi el 80%-, acordaron luchar conjuntamente contra el proyecto del Gobierno español, que relegaría el catalán a la cuarta lengua del currículo escolar y permitiría a los alumnos pasar la educación secundaria sin necesidad de examinarse sobre los conocimientos de catalán.

Concretamente, las cinco formaciones consensuaron denunciar de forma conjunta el ataque que supone tanto al modelo competencial de Catalunya como al modelo de inmersión lingüística, que todos coincidieron en calificar de exitoso y de imprescindible para garantizar la cohesión social y la igualdad de oportunidades.

Pero el acuerdo más trascendente fue el de seguir aplicando la Ley de Educación de Catalunya (LEC) pase lo que pase. Es decir, si el Gobierno acaba aprobando el proyecto de Wert, las cinco fuerzas reunidas se comprometieron a seguir con el modelo actual, lo que cabe traducir como un anuncio de desobediencia a la ley española, pese a que tanto CiU como PSC prefirieron evitar dicho término durante sus comparecencias.

Más firmeza desde la izquierda

Así se desprende de las declaraciones del secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya, Oriol Pujol, que señaló que si se aprueba la reforma, el Govern actuaría «de manera unilateral a través de la actual ley catalana». Pujol también remarcó que el objetivo principal es «garantizar que no se separa a los niños en función de la lengua».

Mucho más tibio, el secretario general del PSC, Pere Navarro, emplazó al Govern a «defender la inmersión y las competencias catalanas» y a los partidos a mostrar una imagen de «unidad». Sin embargo, prefirió no referirse a nada parecido a desacatar la reforma, limitándose a señalar que están preparando un informe jurídico para ver si pueden llevar el proyecto de Wert al Tribunal Constitucional. Los partidos más vehementes a favor de la desobediencia de la reforma educativa fueron ERC, ICV-EUiA y la CUP. Para la reunión, ERC recuperó al exconseller en cap durante el tripartit, Josep Bargalló, quien declaró que «si la ley se aprueba, el Govern no la debe acatar», ya que «el Estatut y la LEC van por otro camino, que es nuestro camino». Por su parte, el secretario general de ICV-EUiA, Joan Herrera, aseguró que la desobediencia será «bienvenida», ya que significaría que también se podrían oponer a las medidas de austeridad impuestas desde Madrid. En este sentido, Herrera dibujó un discurso más social, insistiendo en el hecho de que la «educación catalana está siendo atacada por Wert, pero también por los recortes del Govern».

Finalmente, la CUP ilustró mejor que nunca su intención de tener un pie en el Parlament y otro en la calle.

La formación independentista no había sido invitada a la reunión, ya que el Govern había alegado que todavía no tenían representación parlamentaria -todavía no se ha constituido el nuevo Parlament-, contradiciendo así sus declaraciones previas sobre la necesidad de aglutinar un frente lo más amplio posible.

Ante la negativa, una delegación de la CUP, encabezada por el próximamente diputado Quim Arrufat, se plantó ayer por la tarde ante la puerta del Palau de la Generalitat, donde el portavoz del Govern en funciones, Francesc Homs, acabó invitándolos a entrar, previa disculpa por la denegación de la invitación.

En la rueda de prensa posterior, Arrufat mostró su apoyo a los consensos alcanzados en la reunión, pero remarcó la necesidad de que el Govern «desobedezca esta ley».

«Si no lo hace el Govern, lo hará la comunidad educativa, con nosotros detrás», declaró, añadiendo que «la defensa del modelo se tiene que hacer desde la calle y desde las instituciones», aseguró el representante de la CUP.

Arrufat fue el único en referirse a resto de Països Catalans, al advertir que en territorios como el País Valencià y Les Illes «llueve sobre mojado», ya que la reforma de Wert no hace más que agravar la delicada situación del catalán en sus sistemas educativos.

Reunión del viernes

La consellera de Educación en funciones, Irene Rigau, fue la encargada de concluir la rueda de prensa, en la que anunció que el viernes se reunirá cara a cara con Wert, en una reunión a la que aseguró que irá «reforzada» por el mandato consensuado por las fuerzas políticas catalanas en el día de ayer.

Después de abandonar la última reunión de consejeros de Educación con Wert, el Ministerio convocó a Rigau a una reunión ayer, cita que la consellera rechazó alegando la celebración de la reunión de partidos catalanes.

En el transcurso de su comparecencia, Rigau interrumpió la rueda de prensa cuando le hicieron llegar un nuevo borrador del proyecto de Wert, sobre el que, después de repasarlo brevemente, señaló que no aportaba «nada nuevo». «La educación la tiene que regular Catalunya y ya lo hace a través de la LEC», concluyó.

En cambio, el ministro de Educación afirmó que su departamento no había enviado a Catalunya un nuevo borrador de la reforma educativa y que no existe un nuevo borrador.

reunión

La reunión de las fuerzas políticas hizo que la consellera de Educación, Irene Rigau, no acudiera a una cita propuesta por Wert. Se encontrarán el viernes.

Lluvia de críticas y peticiones de dimisión sobre el ministro español de Educación

El ministro José Ignacio Wert recibió un aluvión de críticas en el Congreso tras responder preguntas de CiU, ERC, Izquierda Plural, PNV y PSOE sobre el proyecto de reforma educativo y lo que supone para el modelo lingüístico catalán. En el caso de ERC su diputado Alfred Bosch exigió al ministro que «deje en paz a los catalanes» y «no toque a nuestros niños», al tiempo que le retó a responder «¿cómo lo harán, pondrán un guardia civil en cada aula?». Sus compañeros Joan Tardá y Teresa Jordá exhibieron una pancarta (en inglés) en la que podía leerse: «Mantén la calma y habla catalán». Arantza Tapia (PNV) dijo que se usa esta ley «como excusa para una intromisión en las competencias exclusivas de las comunidades autónomas». El diputado de Izquierda Plural Joan Coscubiela acusó Wert de querer imponer su idea de España a la manera de «un Gobierno talibán» mientras que desde el PSOE Mario Bereda lamentó que la reforma tenga un «tufo economicista». El ministro escuchó peticiones de dimisión por parte del PSOE de ERC y de CiU. Por su parte, el portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, opinó que el objetivo de la reforma educativa es recentralizar el Estado y la asimilación por parte de España de «Euskal Herria y de todas las demás naciones», ante lo cual prometió una respuesta social y política contundente. «El problema del señor Wert es que miente, porque lo que realmente pretende, es minorizar y marginar el euskera, catalán y galego», aseguró. Errekondo afirmó que con la nueva ley, «quedarán reducidos a una simple anécdota en el currículum. Quedando incluso por debajo de las lenguas extranjeras», y acusó al ministro de mentir sobre la «efectividad» del sistema educativo de la CAV. GARA

CiU abre la puerta a acordar con ERC la consulta de autodeterminación para 2014

Las negociaciones entre CiU y ERC para alcanzar un pacto que garantice la estabilidad del próximo Govern dieron ayer un paso de gigante. A última hora de la tarde, varios medios catalanes anunciaron que ambas formaciones habían alcanzado un principio de acuerdo para celebrar la consulta a lo largo del año 2014.

Fuentes de ERC cercanas a la negociación consultadas por GARA, sin embargo, señalaron que todavía no se ha cerrado ningún acuerdo firmado sobre el papel, pero que por primera vez CiU abrió la puerta a comprometerse a convocar la consulta en los dos primeros años de legislatura.

Esto podría desencallar unas negociaciones que se habían bloqueado, precisamente, por el tema de la consulta y la fecha de su celebración.

Los republicanos exigían una fecha concreta para ejercer el derecho a decidir, mientras que la federación nacionalista rehuía cualquier concreción, limitándose al compromiso de convocar la consulta a lo largo de la próxima legislatura.

Si se acaba firmando el acuerdo, ambas formaciones salvarían el desencuentro sin fijar una fecha exacta, pero comprometiéndose a preguntar a la ciudadanía sobre la independencia a lo largo de 2014, año en el que se conmemoró el 300 aniversario del triunfo borbónico en Catalunya. Esta falta de concreción en la fecha abriría la puerta, además, a que formaciones como ICV-EUiA y la CUP pudiesen integrarse en la negociación de la consulta.

De esta manera, quedarían zanjados -al menos temporalmente¯ los desencuentros habidos en los últimos días entre CiU y ERC y, sobre todo, en el seno de la federación nacionalista, en el que sectores como el del líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, trataban de aguar la efervescencia independentista, abogando por posponer sine de el derecho a decidir. Se garantizaría además, el mandato emanado de las urnas el pasado 25 de noviembre, en el que casi dos tercios de catalanes votaron a favor de partidos que incluían el compromiso de la consulta en su programa electoral.

Pese a que, hasta ahora, el principal escollo era la consulta, las negociaciones entre los dos partidos siguen abiertas también en la cuestión presupuestaria y fiscal, sin acuerdo concreto alguno. Fuentes de ambas formaciones, sin embargo, han señalado en los últimos días que las discrepancias en estos ámbitos no son insalvables, por lo que podría haber acuerdo en los próximos días.

El portavoz del Govern en funciones, Francesc Homs, ya advirtió que las cuentas del 2013 tendrían un recorte de 4.000 millones de euros, casi la misma cifra que la Generalitat se ha ahorrado con los durísimos planes de austeridad aplicados durante los dos últimos años.

En este sentido, ERC asume que los presupuestos no serán los que desearían y que sufrirán un notable desgaste. Por ello, a cambio de su apoyo, piden a Mas algunos cambios en la política fiscal de la Generalitat, como la recuperación del último tramo del impuesto de sucesiones -que fue eliminado por CiU- o la retirada de la tasa de un euro por receta médica.

Desde CiU son conscientes de que tendrán que dar su brazo a torcer en algún aspecto, para que los republicanos puedan presentar el acuerdo ante su parroquia, por lo que ya han dado señales favorables en cuanto al impuesto de sucesiones. Con el euro por receta, sin embargo, se muestran más reticentes, escudándose en los supuestos buenos resultados que habría dado la medida.

El avance de las negociaciones durante el día de ayer invitó a varios analistas a predecir que el acuerdo final entre Mas y Junqueras podría llegar esta misma semana, una vez superado el principal escollo que suponía la fecha de la consulta.

En este sentido, es CiU quien mayor interés muestra por cerrar el pacto cuanto antes, para poner fin a la incerteza y acabar con las batallas internas abiertas después del varapalo electoral sufrido el 25 de noviembre, cuando perdieron 12 escaños después de haberse pasado la campaña electoral reclamando una mayoría absoluta. La federación nacionalista celebra este fin de semana su Consejo Nacional, al que le gustaría llegar con un acuerdo cerrado para poder ratificarlo.

Desde ERC, sin embargo, prefieren administrar con calma y prudencia su gran resultado en las elecciones, en las que sumaron 11 diputados más y se convirtieron, por primera vez, en segunda fuerza del Parlament.

Los republicanos también celebran Consejo Nacional durante este fin de semana, pero no descartan convocar otro consejo extraordinario si el acuerdo con CiU llega más tarde. Tienen tiempo hasta el 24 de diciembre. B.Z.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo