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Bermellones y leones se juegan mucho más que tres puntos

El hambre y las ganas de comer

Amorebieta es baja, De Marcos e Iturraspe dudas y Bielsa, en otra impagable comparecencia, defiende que «esto va a terminar bien».

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MALLORCA-ATHLETIC

Joseba VIVANCO

Otra impagable comparecencia pública de Marcelo Bielsa ayer antes de viajar a Mallorca. Se atrincheró durante veinte minutos ante los periodistas, a la defensiva, para en un soliloquio y la plática justa, lanzar interesantes mensajes: el bajón de juego de su equipo esta temporada ya imaginó que podría suceder cuando renovó y por eso su responsabilidad se agrava; si alguien habla de distanciamiento de algunos jugadores hacia él, que dé nombres y no lance «presunciones injustificadas»; no solo en Europa League sino también en la Copa, la eliminación fue «injusta»; le da «tranquilidad» que «no haya muestras visibles de apoyo» por parte de Josu Urrutia; está convencido de que «esto va a terminar bien»; y defiende que al terminar esta campaña «el Athletic habrá recibido de mí aportes mucho más importantes que las dos finales jugadas». Y después de dicho todo eso, el técnico argentino no supo avanzar el once de hoy ante el Mallorca porque no lo tiene decidido.

Amorebieta se queda por molestias físicas, mientras De Marcos, que ni salió, e Iturraspe, que se retiró antes, son serias dudas. Incluso puede que el joven Laporte juegue junto a Ekiza, como se vio ayer en Lezama. Muchas, demasiadas incógnitas para un partido clave.

Pero vayamos por partes. La situación actual del equipo es «dificultosa», según lo sintetizó, aunque igualmente defendió el «profesionalismo y la entrega» de sus jugadores que hacen innecesarias medidas de choque. Un plantel lógicamente afectado tras la eliminación copera porque lo contrario «sería totalmente reprobable», lo mismo que «reprobable» sería «no abandonar esta tendencia» o, como interpretó, «debemos interrumpir la decepción».

Una de las primeras preguntas tuvo que ver con un supuesto distanciamiento entre jugadores y técnico que algunos airean en prensa. «¿A qué jugador se refiere?», contrapreguntó. «Si me dice un caso concreto yo le diré si sí o si no; si no, es una presunción injustificada», zanjó serio cualquier debate. Y no fue el único rifi-rafe con algún periodista. «Usted quiere sangre y yo no se la voy a dar», le reprochó a otro.

Se explayó y sorprendió Bielsa con sus reflexiones. Asumida que la eliminación europea fue perversa con el Athletic, desconcertó al sostener que fue igualmente «injusta» la sufrida ante el Eibar. Según una justificación no muy convincente, fueron los rojiblancos quienes además de jugar por debajo de sus posibilidades, permitieron que el rival jugara mejor de lo esperado. Incluso chocó que dijera que el partido del miércoles «debimos ganarlo». Y «no es quitar mérito al Eibar», añadió.

Al hilo de la decepción de ambas eliminaciones, Bielsa optó por recurrir a la autocrítica al revelar que ya al término de la pasada campaña el que sucediera lo que está pasando estaba entre sus cálculos. «Imaginé que esto podía suceder y trabajé seriamente para que no pasara. Por eso la responsabilidad en mí se agiganta. No me tomó desprevenido», apreció, asumiendo que «no logré evitarlo».

Habló, en este punto, del «entusiasmo» de sus jugadores la pasada temporada para, como recordó, llegar a entrenar cuatro horas -dos por la mañana y dos por la tarde- el día antes del zarpazo histórico en Old Trafford. Hoy eso se antoja inimaginable y quizá ese bajón en la exigencia sea una de las claves.

Sin embargo, sorprendió al expresar su convencimiento, hasta en dos ocasiones, de que «esto va a terminar bien». Y es que a Bielsa, redondeó otra de sus frases para enmarcar, le «estimula más la lucha para evitar la humillación y la vergüenza que la lucha por obtener el reconocimiento y la gloria».

No quedaron ahí esos pensamientos en voz alta del argentino. Bielsa dijo estar convencido, a pesar de la situación actual y de esas dos eliminaciones, de que «cuando finalmente termine la temporada es muy probable que el Athletic haya recibido a través de mi gestión aportes mucho más importantes que las dos finales a las que accedió la temporada pasada», algo que le impulsó a seguir un año más.

Asumiendo que en el fútbol mandan los resultados, el argentino dijo creer que «un club como el Athletic requiere algún otro tipo de aportes que yo también puedo ofrecer y que cuando termine la temporada será el momento de evaluar si lo que deja esta segunda temporada, que ya no se puede comparar con la anterior, es tanto o menos que la que dejó aquella».

 
 
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