RUGIDOS ROJIBLANCOS
Contar solo con quienes quieren seguir
Beñat ZARRABEITIA Socio y periodista
La crisis que padece el Athletic es bastante más profunda que un accidente puntual. Está sufriendo una insoportable resaca tras su gran temporada pasada. Algo aún más difícil cuando los futbolistas destinados a liderar el proyecto sobre el césped deciden bajarse del barco. Es legítimo buscar nuevos horizontes profesionales, pero no se pueden aferrar ni al aspecto económico ni tampoco al presunto crecimiento deportivo.
Y es que tanto Fernando Amorebieta como Fernando Llorente no pueden poner ni un pero a las ofertas del club y deberían hacer autocrítica sobre su rendimiento en las cuatro finales que han jugado como leones.
Esto ha enrarecido de manera notoria el ambiente. Una confusión, enfado, frustración y desorientación que se han trasladado a todos los ámbitos del club. La directiva ha intentado sentar un precedente lógico para dejar un club más sano en el futuro, el cuerpo técnico no tomar decisiones en caliente y muchos jugadores -algunos de ellos socios- han tenido que hacer de tripas corazón y tirar de un poco creíble corporativismo: pero es imposible no sentirse agraviado.
Una cosa es el afecto personal y otra entender como profesional e incluso como aficionado que se produzca un ninguneo con efectos tan devastadores. Sin el resto de sus compañeros, Llorente, Amorebieta o Martínez no hubieran podido encandilar a Europa. Pudieron crecer más que nadie haciendo doblete, pero las finales las perdieron todos. No fue culpa del nivel de unos u otros, sino de un descalabro general.
Resulta muy hiriente que haya futbolistas que han antepuesto los intereses propios y de sus entornos más cercanos, a pesar de que carezcan de cualquier cualificación para gestionar de manera correcta una negociación, y que el resultado haya sido debilitar un equipo con serias posibilidades. El club deberá hacer autocrítica sobre su política de captación, fidelización e incluso de formación en valores. Y es que la desconexión respecto a la sociedad que transmiten algunos jugadores también está siendo muy perjudicial. Así como denunciar un modelo de negociación pasado que era muy dañino para los intereses del Athletic y beneficioso para futbolistas y agentes.
No obstante, hay que seguir confiando. La cadena no se detiene y actualmente una de las medidas más necesarias es contar únicamente con aquellos que quieren estar y seguir.
El compromiso tangible y la tranquilidad deben ser la base sobre la que se apoyen cuerpo técnico y jugadores para completar un buen campeonato liguero. Es el momento de que aparezcan liderazgos y se refuerce el compromiso.