Las autoridades de Filipinas advirtieron ayer de que el número de fallecidos a causa del paso del tifón Bopha por el sur del archipiélago asiático la semana pasada, cuyos efectos devastadores se multiplicaron por el cambio climático y la deforestación, según los expertos, podría llegar a 2.000.

El Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres elevó a 1.838 la cifra de muertos, aunque indicó que, de momento, el balance es de 906 fallecidos y 932 desaparecidos, a los que no hay esperanza de encontrar con vida. Se cree que gran parte de los desaparecidos han muerto en las inundaciones y en los desprendimientos de tierra que se han producido en las provincia de Valle de Compostela y Davao Oriental, en el sur de la isla de Mindanao.