Mikel Insausti

La Tierra Media existe y está en Nueva Zelanda. Hasta ahora pensaba que se trataba de un mito inventado por J.R.R. Tolkien, pero Peter Jackson lo ha convertido en realidad. Las mismas voces que calificaban el sistema 3D de artificioso, son las que ahora acusan a la primera entrega de la trilogía de «El hobbit» de digitalizarlo con un tipo de imagen estereoscópica demasiado real, casi de informativo o de directo televisivo. La nitidez y definición visual que logra el rey de la épica fantástica suponen toda una revolución para el cine de género, llevando a la narrativa de aventuras por caminos inexplorados en este viaje iniciático que ha hecho historia a una velocidad de 48 FPS (frames por segundo), el doble de las proyecciones convencionales, y de la que se puede disfrutar solamente en salas escogidas para el gran despegue.

Se acabaron las quejas sobre la confusión que suele rodear a las batallas generadas por ordenador, al igual que esa tendencia a los barridos de cámara que ensombrecen el campo de visión del espectador sin saber muy bien lo que ocurre en la pantalla. Peter Jackson desvela cada detalle de sus coreografías bélicas, incluso en aquellas que participan miles y miles de seres de diferentes tamaños y morfología, tal como se puede apreciar en la colosal acción que va del enfrentamiento de los enanos con los trolls en los puentes colgantes al desafío final con los orcos al borde del precipicio que culmina con un rescate aéreo.

Y si funciona para las escenas de masas, que no decir de la profundidad que envuelve a los primeros planos creando una sensación de vértigo que logra tanta o más emoción en las tomas fijas que en las dinámicas. La cámara se va deteniendo en el rostro de cada uno de los trece enanos a un mismo nivel, sin que desentone con la más elevada perspectiva de Gandalf o la inferior para Bilbo. El momento de nostalgia suspendida en el tiempo cuando cantan a coro «Over the Misty Mountains Cold», da a la letra que en su día escribiera Tolkien una dimensión inmortal, como lo es la película «Un viaje inesperado».