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REFERÉNDUM CONSTITUCIONAL EN EGIPTO

Calma en los colegios y denuncias de fraude en una jornada maratoniana

Sin sobresaltos y con las previsibles denuncias por irregularidades. Así transcurrió ayer la primera jornada de referén- dum en Egipto, que se alargó hasta pasadas las 23.00 horas para permitir el voto a todos los que se desplazaron a los colegios.

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Alberto PRADILLA

«Si no participas tu voto va a ser utilizado por otro. Es necesario acudir a las urnas para evidenciar que existe oposición». Ahmed, votante en el colegio de Sathia Dageeg, en el Downtown (cerca de la plaza Tahrir) se cargaba de razones ayer por la mañana antes de depositar su papeleta. El ambiente de la prime- ra joranda de referéndum constitucional se desarrolló tranquilo, con paciencia ante las filas separadas por sexos y con debates entre quienes se traen la «X» marcada desde casa. Nada que ver con la última semana. Sin embargo, las sospechas sobre un posible fraude, que a última hora ya aireaba la oposición, y el hecho de que todavía falten siete días para completar las votaciones, abre la vía a que la fractura entre islamistas y oposi- tores se profundice.

«No creo que las elecciones se desarrollen de forma completamente limpia», reconocía Ahmed. Este temor impregnaba a todos los detractores del presidente, Mohamed Morsi, que son muchos en El Cairo. Según indicaba, la presión a la hora de imponer el voto se puede hacer de muchas maneras. «Hay gente diciendo que irás al cielo o al infierno dependiendo de tu opción», afirmaba. En un país donde las mezquitas tienen un peso decisivo, la última palabra del sheikh de turno tiene más peso que cualquier soborno. Sin embargo, desde la oposición también se denunciaron irregulariades con todas sus letras. Según un comunicado del Frente Nacional de Salvación, se habrían detectado casos en los que la tinta con la que se marca el dedo de los votantes para que no puedan repetir papeleta se borraban fácilmente. Además, alertaron de que las urnas no se habían sellado correctamente y que en algunos centros no había lista de votantes. El movimiento 6 de abril, por su parte, informó sobre funcionarios que se habrían hecho pasar por jueces.

Observadores locales

Desde luego, la estrategia de los Hermanos Musulmanes, que comenzaron a publicar resultados aproximados a las 19.00, (18.00 en Euskal Herria), cuatro horas antes del ampliado cierre de los colegios, no facilita la fe en la transparencia. «Recopilaremos todas las denuncias», aseguraba Osama, miembro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Ellos eran casi la única organización encargada de la supervisión al margen de los jueces. Aunque no tenían miembros en todas las mesas.

Quienes sí tomaron las inmediaciones de todos los centros eran los militares. Patrullas de uniformados controlaban los accesos donde las colas se alargaron durante toda la jornada. Cuestiones del reloj biológico egipcio, la afluencia creció a medida que pasaba el día, lo que obligó a ampliar el horario. Entre los partidarios de Morsi, la nueva palabra clave era «estabilidad». El principal argumento para defender su apoyo a la Constitución que se repetía en feudos como el colegio ubicado junto la mezquita de Hussein, en El Cairo islámico. «En Afganistán hace unos años las mujeres eran libres. ¡Mira ahora!», argumentaba Wafaa frente al colegio de El-Khedewaya. La incerdidumbre se mantendrá, al menos, hasta la cita con las urnas del próximo sábado.

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