Una marea azul contra la represión y los pantanos inunda Zaragoza
GARA | ZARAGOZA
Una amplia representación de movimientos sociales, políticos y sindicales arropó ayer en Zaragoza a los habitantes de Artieda y a los imputados tras las cargas policiales del 10 de octubre, además de expresar su rechazo a la política de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Una marea azul inundó las calles de Zaragoza y confluyó ante la sede de la CHE en una protesta masiva contra los grandes pantanos y los trasvases y, ayer más que nunca, contra la represión de quienes se oponen a esos proyectos y por la «dignidad de las montañas». Una represión orquestada por este organismo y por la Delegación del Gobierno español en Aragón, ejecutada por la Guardia Civil y cuyo resultado, el 10 de octubre, fue de varios heridos e imputados tras los últimos intentos de expropiación en Artieda.
Esta pequeña localidad se ha convertido en un referente de la lucha contra los macroembalses en Aragón y en el Pirineo. Su supervivencia está amenazada por el recrecimiento del pantano de Esa, cuya presa está en Nafarroa pero anega tierras aragonesas.
El objetivo de la movilización de ayer, en la que según informó la Achencia de Noticias d'Aragón, participaron 2.000 personas, era acompañar a los afectados por estas gigantescas obras hidraúlicas en sus reivindicaciones, pero también visibilizar en toda Zaragoza una realidad, la de los conflictos rurales, que en los últimos años había quedado desdibujada por otras luchas más llamativas.
Zesar Corella, coordinador nacional de Puyalón de Cuchas, una de las organizaciones participantes, reiteró que «existen alternativas en la gestión del agua, eficientes y respetuosas con el medio, la montaña y sus habitantes, bajo parámetros radicalmente opuestos a los de la lógica capitalista al servicio de intereses particulares de las empresas del hormigón y los propietarios de derechos sobre el agua para el regadío».