Brian Currin, integrante del Grupo Internacional de Contacto (GIC), destacó ayer la importancia de dar pasos hacia la resolución del conflicto mediante la participación activa de la sociedad vasca aunque los estados español y francés sigan optando por el inmovilismo. De este modo, subrayó el abogado sudafricano, si existe un compromiso de la sociedad de avanzar, los estados se verán forzados a actuar en el mismo sentido.

En cualquier caso, Currin reconoció que hay motivos para sentirse optimista ante la evolución de los acontecimientos y destacó que dos de las condiciones consideradas imprescindibles para poner en marcha un proceso, el fin de la violencia armada y la legalización de la izquierda abertzale, se han conseguido. Asimismo, se ha logrado un amplio respaldo en el ámbito internacional. La situación, por tanto, según señaló, es mejor que la que se vivía hace tan solo tres años.

Sin embargo, Currin destacó que la cerrazón de los dos estados es uno de los elementos negativos del proceso abierto con la Declaración de Aiete.

«No quiero decir que se pueda alcanzar la paz sin tener en cuenta a los dos estados, pero sí que se pueden hacer cosas sin estar esperándoles. Quiero subrayar que que hay que trabajar a favor de la paz en Euskal Herria. Si la sociedad vasca avanza, los estados vendrán detrás», explicó Currin.

En una línea similar, Paul Ríos, el coordinador de Lokarri, recordó que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha vuelto a manifestar recientemente su oposición a entablar un diálogo con ETA. «Pero, ¿cómo puede negarse, con la misma rotundidad, a dialogar con la sociedad vasca?», preguntó Ríos, subrayando la necesidad de colocar el foco en la sociedad vasca.

El vicepresidente del Consejo General de Pirineos del departamento de Pirineos Atlánticos, Kotte Ecenarro (PS), también consideró muy importante la capacidad de movilización en la calle para sacar a los estados del inmovilismo en el que están inmersos.

Currin, asimismo, echó por tierra el principal argumento al que recurren los dos estados para no actuar, el de la falta de voluntad de ETA para llevar a cabo el desarme. «ETA está dispuesta a abandonar sus armas. Pero, ¿cómo se hace eso sin la participación de los estados? ¿Qué tiene que hacer ETA con esas armas? ¿Las tiene que dejar en la acera de una calle? El propio desarme exige un compromiso por parte de los estados», explicó el integrante del Grupo Internacional de Contacto.

Asimismo, el abogado sudafricano destacó la necesidad de que los estados actúen en relación a los presos políticos y en la derogación de la legislación especial.

Currin coincidió con Ray Kendall, secretario general honorífico de la Interpol, al considerar que el abandono de la acción armada por parte de ETA es irreversible.

Kendall lamentó que el Grupo Internacional de Contacto no haya podido mantener un encuentro con Madrid. «Siempre hay un momento para tomar decisiones políticas y España tendrá que decidir cómo responde a la cuestión de los presos», declaró, recordando que el Gobierno británico también se mostró reticente a actuar en los primeros momentos del proceso en Irlanda, aunque posteriormente cambió de posición.

Brian Currin manifestó también que la cuestión de los presos y presas y el proceso político tienen que avanzar por vías diferentes, aunque ambas tienen puntos en común. En este sentido, recordó que en Irlanda no se obtuvo una amnistía, pero la liberación paulatina, y condicional, de la mayoría de los presos políticos supuso un reforzamiento del proceso. En cualquier caso, destacó que el mantenimiento de la política de dispersión es inaceptable.