Preocupación por el futuro de los 365 trabajadores de Alestis y Quinton
Dos empresas alavesas, Alestis y Quinton Hazzel, que emplean a 215 y 150 trabajadores, respectivamente, se suman a la lista de compañías que en los últimos meses amenazan con echar la persiana. Sus empleados temen por su futuro, en el primer caso porque el grupo aeronáutico «apuesta por las plantas de Andalucía», y en el caso de la empresa de Laudio, por la ausencia de planes que apuesten por su futuro.
Joseba SALBADOR | GASTEIZ
Los trabajadores del grupo aeronáutico Alestis se manifestaron ayer tarde por las calles de la capital alavesa para denunciar el ERE presentado por la empresa, un acto que concluyó en la escalinata de San Miguel, donde depositaron las velas que emplearon en la movilización.
Los trabajadores mostraron su temor de que a corto o medio plazo se cierren las dos plantas de la firma en Jundiz y Miñano, en las que trabajan 215 personas, porque la empresa apuesta por las factorías que tiene en Andalucía. Alestis, cuyo capital mayoritario pertenece al grupo vasco Alcor, cuenta con cinco plantas en Andalucía, dos en Brasil y otras dos en Araba, con un total de 1.700 trabajadores.
El pasado 29 de noviembre, Alestis presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción que afecta a 312 trabajadores, de los que 40 pertenecen a las plantas alavesas.
El ERE está ligado a un plan de viabilidad, ya que la empresa se encuentra en un proceso concursal porque debe 64 millones de euros a sus principales proveedores.
Los trabajadores sostienen que en las plantas vascas «no sobra nadie» y recuerdan que las fábricas de Júndiz y Miñano «han sido siempre rentables», son «productivas», y todas las piezas que fabrican «están vendidas» a Airbus y Embraer, sus principales clientes.
El presidente del comité de Júndiz, Patxi López de Armentia (LAB), pidió al Gobierno de Gasteiz, a la Diputación foral y al grupo Alcor que defiendan un sector estratégico como el aeronáutico y que se involucren en este caso. También reclamó a la dirección que, en lugar de crear una mesa negociadora común, se pongan en marcha negociaciones del ERE en Araba por la incidencia del mismo en este territorio.
«En puertas del concurso»
Otro colectivo de trabajadores que teme por su futuro es el de la empresa Quinton Hazzel, la antigua Lipmesa de Laudio, dedicada a la fabricación y comercialización de amortiguadores y resortes neumáticos y que tiene actualmente en plantilla a 150 empleados.
El comité ha alertado de que la compañía se encuentra «en puertas de un proceso concursal» y a la espera de un comprador «como única salida que pueda garantizar su continuidad», situación que achacan a que la dirección del grupo inglés Klarius -que la adquirió en 2010- «lleva meses sin rumbo en la toma de decisiones y lamentablemente sin un plan de apuesta por el futuro de la empresa».
Ante esta situación, los trabajadores han decidido concentrarse todos los martes y jueves de 12.00 a 13.00 horas, en las instalaciones de la planta.
Otra empresa dedicada a la fabricación de componentes para la automoción, Pelzer del Norte, radicada en Tafalla, ha presentado un ERE de suspensión que el comité (CCOO, LAB, UGT, ELA y USO) se niega a suscribir si no incluye una garantía del mantenimiento de la plantilla actual, al entender que «dar la firma sin cerrar el tema de los no despidos puede derivar en futuros despidos objetivos por las misma causas que presentan en el actual expediente».
El comité exige por ello la retirada del ERE de suspensión en las actuales condiciones y subraya que su objetivo es «blindar la producción actual, así como a las personas que conformamos la plantilla». Asimismo, solicita «una propuesta seria por parte de la empresa» y le insta a continuar con las negociaciones en la búsqueda de un acuerdo que mantenga los puestos de trabajo.
El comité de Quinton Hazzel, la antigua Lipmesa de Laudio, ha alertado de que la compañía se encuentra «en puertas de un proceso concursal» y a la espera de un comprador «como única salida que pueda garantizar su continuidad».
Pelzer del Norte, empresa de Tafalla dedicada a la fabricación de componentes para la automoción, ha presentado un ERE de suspensión que el comité se niega a suscribir si no incluye una garantía del mantenimiento de la plantilla actual.
ELA considera que el acuerdo alcanzado por CCOO y UGT con la dirección de Gamesa para reducir de 368 a 260 los despidos en las plantas vascas supone «un cheque en blanco», motivo por el que no lo ha suscrito.
Según explica en un comunicado, con dicho acuerdo la empresa «ha hecho un negocio redondo», ya que, además de despedir a 330 personas en todo el Estado, va a tener un ahorro de costos de 20 millones de euros «sin tener ninguna garantía de empleo ni de que la empresa no vaya a realizar más EREs en el futuro».
Este ahorro vendrá de la suma de los 10 millones correspondientes a la congelación salarial más los 16,5 de los salarios de los 330 despedidos, descontando los 6,3 millones de indemnizaciones.
ELA se ratidica en su propuesta de reducción de costos en 18 millones, similar al ahorro conseguido por la empresa con este ERE, y señala que, de haber sido aceptada, «se podrían haber evitado todos los despidos».
El sindicato denuncia además la «vergonzosa» actitud de la empresa al comunicar los despidos minutos después de terminar el recuento del referéndum que ratificó el acuerdo. GARA