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Triunfo de UNB Obenasa en el derbi de la Liga Femenina

Hondarribia-Irun se queda sin Copa

La escuadra guipuzcoana no podrá aspirar a la cuarta plaza al final de la primera vuelta, después de que UNB Obenasa impusiese su ley en la primera mitad, con un gran dúo formado por Laura Herrera y Putnina. La defensa sobre Tatiana Gómez Kehsler fue clave.

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HORNDARRIBIA-IRUN 49

UNB OBENASA 56

 

Arnaitz GORRITI

Hondarribia-Irun se queda sin Copa. Lo tenía difícil, pero ahora, tras caer en el derbi del polideportivo Hondartza ante UNB Obenasa, lo tiene imposible. Las de Víctor Lapeña impusieron su juego en los 20 primeros minutos, con Aija Putnina como jefa de operaciones con 20 tantos y 10 rebotes, y después, gracias a sus 12 rebotes de ataque, aguantaron las embestidas de las guipuzcoanas. La escuadra de Iruñea lograba al fin romper una mala racha de cinco derrotas consecutivas.

Después de unos breves compases de tanteo, UNB Obenasa fue la primera en golpear. Su defensa paró en seco la creatividad de Sandra Ygueravide, provocando un buen número de pérdidas a la escuadra hondarribiarra. Amén del esfuerzo defensivo colectivo, María Asurmendi fue vital en ese primer golpe de las iruindarras, que se vieron 8-16 por delante tras endosar un 0-12 de parcial a su rival. Hondarribia-Irun no lograba conectar con Tatiana Gómez Kehsler -mención especial para la defensa de Raquel Herrera-, que tuvo que esperar hasta mediado el segundo cuarto para estrenar su casillero, y tampoco conseguía frenar el caudal anotador de Laura Herrera -¡qué calidad de movimientos de espaldas tiene la tinerfeña!- y Aija Putnina, muy versátil y certera.

A pesar de los esfuerzos de Anne Peña, que hasta ordenó una zona 2-3 contra las navarras, UNB Obenasa se fue 10-23 al final del primer período, gracias a un buen movimiento de balón y el acierto triplista de Sotiriou y Sara Gómez. La renta visitante alcanzaría una máxima de 15 puntos al inicio del siguiente asalto.

Pero la escuadra local se jugaba sus opciones coperas, y aprovechó los minutos de descanso de Asurmendi -Naiara Díez acaba de recuperarse de una lesión de tobillo- para presionar a la base. Además, Stevenson, Karcic y Kehsler empezaban a imponer su físico para hacerse con unos cuantos rebotes ante una UNB Obenasa que vio cómo Laura Herrera debía irse al banquillo con dos faltas. El duelo terminaba 27-38 al descanso después del «derbi triplista» entre María Revuelto -en su regreso a Hondartza- y Sandra Ygueravide.

El nivel del derbi decayó sensiblemente tras el descanso. UNB Obenasa notó la ausencia de rotaciones, la mayor dureza de la defensa local y también el peso de las cinco derrotas, de modo que. pese a que Putnina acertaba de cuando en cuando, se sucedían los malos ataques con lanzamientos a canasta que ni siquiera tocaban el aro.

Mientras tanto, Hondarribia-Irun trataba de cargar el juego a sus interiores, aprovechándose de que Laura Herrera se cargaba de faltas, pero la carencia de acierto, y el hecho de que las navarras ganaran el rebote, les impidió arrimarse por debajo de los diez puntos. Para más inri, un triple sobre la bocina de Sara Gómez ponía la remontada en un punto de imposibilidad al final del tercer cuarto: 38-51.

Aun y todo, Hondarribia-Irun tuvo una última oportunidad. UNB Obenasa tardó cinco minutos y medio en anotar sus primeros puntos en el cuarto final y, a base de tiros libres, las de Anne Peña se acercaban.

Sin embargo, nunca hubo peligro de voltereta. Putnina se hacía con todos los rebotes y anotaba una canasta más -para sumar el referencial 20 puntos y 10 rebotes- para cerrar el camino a la Copa a Hondarribia-Irun y llevarse una alegría bien justificada a Iruñea.

 

Intensidad defensiva

El derbi vasco tuvo bastante nivel en los 20 primeros minutos, sobre todo por parte de UNB Obenasa. Tras el descanso, la intensidad defensiva anuló por completo unos ataques cada vez más apurados y espesos.

Víctor Lapeña: «Este equipo necesitaba una alegría»

«Este equipo necesitaba una alegría», declararía el técnico Víctor Lapeña. «Lo que está pasando este grupo nadie lo sabe. El padre de Raquel Herrera murió hace una semana, al de Sara Gómez lo asesinaron en pretemporada... A estas jugadoras hay que quererlas, hay que mimarlas y usar mucha psicología».

Con todo, el preparador de UNB Obenasa quiso quitarle importancia a la mala racha del equipo, y prefirió poner el acento de la victoria en el «plan» ejecutado en aras de «ser mejores siempre».

«La victoria ayuda siempre, pero lo cierto es que nosotros hemos estado muy centrados en ser mejores cada día, más que en ganar o perder. Por eso, esta vez hemos sido capaces de tener un plan de manera que, si obteníamos ventaja, no nos remontaran. Y así ha sido», declararía.

María Asurmendi difería un poco respecto a su entrenador. La base navarra aceptaba que «el equipo trabaja bien. Llegamos a ir 8 o 10 puntos arriba, y yo no sé si es miedo a ganar o qué, pero nos cuesta aguantar los partidos». Por ello, se mostraba muy aliviada. «El equipo estaba trabajando bien para llevar solo tres victorias, y después de todos los incidentes que hemos pasado, nos merecíamos una alegría», remachaba.

Anne Peña era la cruz de la moneda. «Siempre jugamos dos partidos totalmente diferentes. Dejamos meter 23 puntos en el primer cuarto, y hasta no tener el agua al cuello no defendemos. Fallamos tiros debajo de canasta y nos ha faltado tiempo para remontar», dijo, contrariada.

A. G.

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