En un acto íntegramente en euskara, los nuevos consejeros del Gobierno de Gasteiz prometieron ayer sus cargos, y hoy mismo comenzarán a trabajar con un objetivo: «no tocar ni cambiar el modelo vasco de bienestar». Sin embargo, el momento y la mayoría de la sociedad exigen no solo «tocar», sino además cambiar el rumbo de la política socioeconómica, como ayer mismo pedían los sindicatos ELA y LAB. Pero también la plataforma popular Iñigo Cabacas Gogoan zaitugu pedía al nuevo Gobierno que dé «un volantazo» al actual modelo policial. Ciertamente, el cambio de rumbo debería afectar a todos los ámbitos. No solo en los titulares de cada consejería y en las formas, sino en lo fundamental. Y si la dirección que toman las políticas de ese Gobierno es acorde a las necesidades y exigencias de la sociedad, a buen seguro no tendrá mayores problemas a la hora de lograr los acuerdos precisos. Así, un Gobierno numéricamente débil podría contar con un sólido apoyo que le daría la fortaleza necesaria para afrontar una etapa difícil pero que podría ser afrontada con un gran apoyo no solo parlamentario, sino también ciudadano.