El Ejecutivo de Iñigo Urkullu celebró ayer su primer Consejo de Gobierno, en el que, además de los habituales ceses y nombramientos, decidió iniciar la reducción de las estructuras de altos cargos y asesores en un 20%, y encargó al Departamento de Hacienda y Finanzas que analice la situación económica de la Administración para que antes de finalizar enero tenga preparadas las directrices generales para el presupuesto de 2013. Preguntado sobre si esto significa que se aparca la intención reiterada en campaña de pedir una auditoría independiente para saber en qué estado deja las cuentas el Gabinete de Patxi López, Josu Erkoreka respondió con un escueto «habrá auditoría». Sobre cuándo se encargará, afirmó que «lo antes posible».

En un momento en el que las relaciones entre ambos partidos estaban muy enconadas por la tensión preelectoral, Urkullu realizó el anuncio de que encargaría una auditoría independiente para saber la situación real en que el Gobierno del PSE dejaba las finanzas autonómicas, en relación al déficit existente y la deuda acumulada del Gobierno y sus sociedades públicas.

Ahora esa tensión se ha atenuado y se observa un intento del nuevo Ejecutivo de Urkullu de buscar espacios de entendimiento con el PSE, que podrían ser necesarios para la aprobación de los presupuestos, toda vez que el PNV ya dejó claro desde el debate de investidura que está muy alejado de las posiciones económicas de la segunda fuerza parlamentaria, EH Bildu.

Entre los guiños lanzados al PSE, el propio lehendakari jeltzale destacó motu proprio que Patxi López había encabezado un traspaso de poderes que calificó de «exquisito».

El portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, anunció ayer que durante el Consejo de Gobierno el lehendakari había encargado al consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, que para finales del mes de enero tenga preparadas las directrices del presupuesto, aprovechando estas semanas para recabar datos y hacerse una fotografía real de la situación económica de la Administración económica. Sin embargo, por lo dicho por Erkoreka a preguntas de los periodistas, este análisis propio no significa renunciar a la «auditoría independiente».

Por otro lado, tal y como había anunciado Urkullu en el debate de investidura, su Gobierno va a acometer una reducción del 20% de altos cargos y asesores. En el caso de los consejeros ya se ha producido, bajando su número de diez a ocho, y Erkoreka aseguró ayer que esa proporción se mantendrá en viceconsejeros, directores y cargos de confianza. La directriz atañe también a las sociedades y organismos públicos, y el objetivo general marcado es que para el mes de junio ese criterio se haya cumplido en toda la Administración.

Erkoreka presentó también como una decisión de austeridad la suspensión del acto de «encuentro con la sociedad» que Lehendakaritza suele organizar en diciembre. El nuevo Ejecutivo considera que la recepción el 25 de octubre ya cumplió con ese cometido.