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Ainara Lertxundi Kazetaria

Una fallo a favor de la trata de mujeres

Desde la llegada del matrimonio Kirchner-Fernández al poder, Argentina se ha destacado por sus leyes a favor de la memoria histórica y los juicios contra quienes cometieron delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Justamente hoy se dará a conocer la sentencia por el llamado «circuito Camps», bajo cuya denominación operaron seis centros clandestinos de detención. 23 represores, algunos con condenas en otros procesos, escucharán el veredicto por boca del presidente del tribunal, Carlos Rozanski, que fue el primer juez en calificar de genocidio las acciones planificadas desde la Junta Militar.

Orgullosa de los avances del país en materia de derechos humanos, gran parte de la sociedad argentina escuchó con estupor la absolución a los trece acusados por el secuestro y la promoción de la prostitución de Marita Verón, un caso emblemático sobre la trata de mujeres. Esta joven de Tucumán fue secuestrada en plena calle hace diez años. Tenía 23 años y una hija de tres. Desde entonces, su madre, Susana Trimarco no ha dejado de buscarla y de implicarse a fondo en la investigación de lo que realmente sucede en el interior de los prostíbulos y burdeles argentinos y sus conexiones con funcionarios públicos, policías, empresarios. Hastiada de tanta inoperancia policial y judicial, llegó a disfrazarse de prostituta para adentrarse en ese mundo oscuro en el que, según Fabiana Túñez, directora de La Casa del Encuentro, las jóvenes captadas bajo engaños o que, sin más, son secuestradas son habitualmente drogadas, alcoholizadas, violadas y vendidas entre 12.000 y 26.000 euros a redes que operan en otros países, entre ellos el Estado español, hasta donde viajó Susana en 2009 siguiendo una pista proporcionada por una compañera de cautiverio de su hija, de la que supo que fue obligada a tener un hijo fruto de tantas vejaciones.

Los gritos de alegría de los imputados contrastaron con la desolación de Susana Trimarco, su nieta y de quienes aseguraron que seguirán luchando para acabar con un negocio que mantiene a cerca de 600 jóvenes argentinas desaparecidas.

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